| La provincia de Río Negro está ante varios pasos considerados clave para resolver qué obras se hacen necesarias en San Antonio: primero debe conseguir los recursos para el estudio, a partir de allí saber si es viable el dragado del acceso a la bahía y recién en ese momento definir si es posible realizar las obras, su costo y tiempo de realización. Según se desprende de un proyecto de estudio, el gobierno rionegrino busca financiación ante el Banco Interamericano de Desarrollo para llevar adelante una serie de profundos estudios que “permitan definir, diseñar y dimensionar las mejoras físicas a la infraestructura portuaria y acceso ferroviario y, complementariamente, la gestión integral de toda la comunidad portuaria para facilitar la operación actual y futura de cargas, garantizando un alto nivel de calidad de sus servicios y a la vez una fuerte promoción del puerto frente a sus actuales y potenciales clientes”. A través de estos estudios se prevé la recopilación de antecedentes y la búsqueda de datos técnicos, económicos y ambientales sobre el puerto de San Antonio Este y su zona de influencia y la información relativa a mercados, comercialización, proyectos y planes de desarrollo, de sistemas de transporte generales y de enlace, tanto existentes como en proyecto en la región patagónica y en aquellos otros sitios que pudieran resultar de interés. Entre otras cosas se busca la caracterización de las condiciones batimétricas, marítimas, climatológicas y ambientales de la zona de la Bahía San Antonio, incluyendo todos los aspectos que hagan a la comprensión inicial del proyecto. En especial, se debe analizar exhaustivamente la situación sedimentológica de toda la Bahía y su boca de entrada. Este punto del estudio es clave para determinar si es posible el dragado del canal de acceso a la Bahía de San Antonio, que hoy debido a la existencia de grandes bancos, tal como expresa el presidente de Patagonia Norte, Alberto Lacaze, es una limitación natural insoslayable para el ingreso de buques de gran calado a la estación marítima rionegrina. Los barcos portacontenedores rondan en general los 45 pies de calado y los bancos Baliza y Reparo, ubicados en cercanías del puerto de Ultramar, impiden que los buques mayores a 32 pies naveguen en las aguas de la bahía San Antonio. Se propone el desarrollo de anteproyectos básicos de infraestructura portuaria con su correspondiente equipamiento operativo acorde a las características y requerimientos técnicos. Esos estudios deberán contar entre otros requisitos con el análisis de “la geometría y dimensiones de áreas operativas en agua, de navegación y de fondeo, incluyendo las vías de acceso por agua, teniendo en cuenta la particular situación de los bancos de sedimentos dentro de la Bahía de San Antonio”. Otro análisis que se prevé realizar, de concretarse este amplio estudio, es el de “la futura conexión ferroviaria entre Choele Choele y San Antonio Este, con identificación de sus ventajas competitivas, incremento del flujo de carga, aumento del hinterland del Puerto de San Antonio Este, entre otras. Se pide también la elaboración de los lineamientos básicos para su estudio de prefactibilidad técnica y económico financiera”. La intención de Río Negro es contratar una consultora que desarrolle esta extensa recopilación de datos, encuestas, estudios de impacto ambiental, sondeos de opinión, relevamientos de distintas características y búsqueda de antecedentes de tipo económico, social, cultural y de infraestructura para posibilitar un desarrollo de la actual estación marítima que le permita competir con otros puertos en mejores condiciones comparativas hacia los tiempos venideros. El proyecto para la contratación de la consultora no deja de lado el análisis de los modelos de gestión recomendables para un puerto en desarrollo y también establece pautas y plazos para la entrega por parte de la entidad que sea contratada de los avances de estudios que se vayan concretando. La iniciativa está siendo evaluada por el Ente Regulador Portuario y fue facilitada a “Río Negro” desde el Ministerio de la Producción a través de sus representantes en el Ente. Historia de competencia El término formal utilizado es complementariedad, pero en realidad, San Antonio Este y Bahía Blanca fueron históricamente competidores con propuestas diferentes. Y compitieron por exportar fruta, la misma disputa que vuelve a primer plano en la actualidad. San Antonio se quedó con la exportación de fruta durante muchos años y es el puerto líder en esta parte del país en este rubro. Bahía, en tanto, apostó a lo tradicional, a otros productos exportables hasta que decidieron la inversión que hoy lo sitúa en primer plano a la hora de competir. Pero no es el único episodio que muestra a las dos estaciones marítimas buscando quedarse con la tajada de la fruta, dominada por manzanas y peras. Y en algún momento hasta se habló de que la salida de frutas podría darse por el puerto de Madryn. Esta última opción nunca se concretó. Si se rastrea la historia de competencia, los años más duros fueron el 93 y 94, cuando San Antonio temía que Bahía apostara fuerte a la fruta. En ese tiempo estaba vigente el reembolso por puerto patagónico y Bahía no contaba con las obras que está terminando ahora. Además, la modalidad de contenedores parecía materia lejana. En el 94 el tema recurrente fue el tren, el tan discutido ferrocarril trasandino, cuyos destinos del lado del Atlántico podían ser tanto Bahía como San Antonio. Sin embargo, y hasta el presente, el tren nunca se convirtió en vital para el transporte de fruta como para que una ruta cobrara más importancia que la otra. De hecho, el grueso de los envíos siguen haciéndose a través de camiones. Más de una década después, se plantean las nuevas ventajas del puerto de Bahía Blanca. Sinónimo de puerto San Antonio nació puerto. Se creó del lado este, en la península Villarino, en 1885 y allí se reunieron unas 500 personas que empezaron a conformar la población en la que se instalaron algunas casas comerciales. Vivían de la ganadería y del intercambio de mercadería que incipientemente se desarrollaba con pueblos del sur. Pero la vuelta alrededor de la bahía era muy extensa e incómoda para los viajantes y se vio la necesidad de trasladar la población a la caleta Oeste, éxodo que empieza a concretarse el 10 de julio de 1905. Transcurrido un siglo, San Antonio es mucho más que un puerto. Pero nadie puede desconocer el impacto favorable que la actividad portuaria genera en la zona atlántica. |