| Si el puerto de Bahía Blanca fue el histórico competidor de San Antonio Este, en poco tiempo lo será mucho más. Esto a partir de ventajas comparativas actuales y las que vienen, que obligarán a que la estación rionegrina busque alternativas, de lo contrario pasará a un segundo plano entre los puertos frutícolas. Es que Bahía Blanca está en medio de un proceso de modernización con una inversión que totalizará los 15 millones de dólares a su finalización y que ofrecerá servicios que el presente de San Antonio Este no tiene y que difícilmente pueda reunir. La estación marítima de Ingeniero White tiene una primera gran ventaja: la posibilidad de ingreso de buques de gran calado. San Antonio enfrenta serias limitaciones geográficas que sólo podrán ser superadas con estudios e inversiones millonarias. Bahía permite la salida directa de los cargamentos sin necesidad de escalas en puertos intermedios (como el de Uruguay), mientras SAE sólo permite la carga de buques con bodega que no admiten containers, lo cual obliga a que muchos envíos deban ser traspasados a buques de más envergadura en Uruguay. La novedad en Bahía Blanca es el moderno muelle multipropósito de 270 metros de largo y 45 pies de calado, que permitiría canalizar la producción en contenedores que actualmente se exporta por Buenos Aires. La Terminal de Servicios Portuarios que opera el puerto de San Antonio Este aspira a quedarse con la concesión de ese muelle. Tanto Alberto Lacaze, presidente de la empresa portuaria local, como los representantes del Consorcio de Gestión del puerto bonaerense confirmaron las pretensiones por parte de la empresa rionegrina de adjudicarse la licitación del muelle, inaugurado en setiembre pasado pero que aún continúa en obra, demandando una inversión que involucrará unos 15 millones de dólares. La concesionaria del puerto de Ultramar presentó su proyecto de iniciativa privada para explotar la nueva terminal bahiense, proponiendo una inversión mínima de seis millones de dólares. Esta cifra se suma a los 15 millones mencionados antes. El lunes pasado salieron a la venta los pliegos a los que podrán acceder otros oferentes que deberán mejorar el proyecto de Patagonia Norte, que por ser el autor de la propuesta inicial tiene un beneficio de siete puntos en una escala total de cien. Los pliegos fueron elaborados en base a la propuesta de Patagonia Norte, que en su mayor parte fue respetada sin demasiados cambios por el directorio del consorcio del puerto bahiense. Sin embargo, podría generar cierta inquietud entre los oferentes locales; por un lado, el incremento del canon que alienta la operadora portuaria y por otro los plazos de concesión, que según los administradores del puerto bahiense quedará establecido en 15 años, con una prórroga de otros quince. El presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, Jorge Scoccia, y el presidente alterno, Oscar Vecslir, coincidieron en que “el canon anual que se tiene que pagar lo ofreció la empresa y el Consejo lo rediseñó en función de la inversión, pero igualmente es muy accesible. Además, se impuso un tarifario máximo, que también sale de Patagonia Norte y se van a evaluar otros factores no cuantitativos que tienen que ver con la relación con la región, con los armadores y la calidad y experiencia de la empresa. Todo eso ayudará a definir el ganador”. Scoccia indicó que desde el Consorcio se aspira a que haya “tres o cuatro tipos de interesados: alguien que venga con carga, alguien que venga con naves o un operador puro. O también una mezcla de las tres cosas. El directorio considera que la propuesta de Patagonia Norte reúne ese elemento básico ya que en su caso está Murchison adentro, está Expofrut, aparte es gente conocida, somos la misma familia portuaria. Estamos motivados hasta aquí con que pueda haber un grupo que pueda trabajar ordenada y complementariamente con San Antonio. Sabemos que quien gane va a buscar esos 6.000 contenedores que pasan por aquí”, indicó. A partir de los sondeos realizados por el Consorcio se puede prever que hay al menos otros dos grupos empresarios que podrán verse interesados en participar de la licitación: “Uno es un grupo nacional y el otro malayo”, confiaron fuentes del consorcio. En este escenario, los empresarios que manejan el puerto rionegrino –ante el llamado a licitación para operar la estación bahiense– entienden que si Patagonia Norte consigue manejar White, podría complementarse con San Antonio. Sin embargo, a la larga, una ecuación que compare nivel de servicios, costos de fletes y condiciones naturales dejarán al puerto rionegrino inevitablemente en desventaja. De modo que es duro el desafío para el puerto de San Antonio. Con lo que tiene hoy no podrá competir y es seria la amenaza de terminar condicionado. Por si fuera poco, lo que supo ser la gran ventaja del puerto rionegrino, los reembolsos por puertos patagónicos, dejaron de tener vigencia y mientras Nación no resuelve si volverá a implementarlos, los exportadores están en la disyuntiva de seguir exportando por San Antonio u optar por Bahía. Sólo una firme decisión de apurar estudios para determinar si realmente son viables el dragado y otras obras que necesitan millones de financiamiento para asegurar calado (ver pág. siguiente), complementaria a agilizar una conexión férrea (que Bahía sí tiene al puerto aunque aún no aprovecha), así como tesón político para exigir la restitución de los reembolsos a las exportaciones, podrían abrir alguna esperanza de que el puerto San Antonio resulte sostenible en el tiempo. Los contenedores son el gran atractivo Jorge Scoccia es además presidente del Consejo Portuario Argentino, que integran los puertos públicos de la provincia. “En ese órgano se plantean cuestiones de competencia entre los distintos puertos, pero la competencia debe darse para facilitar y bajar costos, hacer más eficiente cada terminal, pero no destruirnos entre puertos. Nos gustaría que quede sentado como una afirmación importante, que no es un slogan, que no atentamos contra la carga de San Antonio”, dijo con firmeza el presidente del Consorcio. Los integrantes del Consorcio explican qué perspectivas tienen en relación al rol que deberá cumplir el nuevo muelle: “La idea es complementarse entre los puertos. En el polo petroquímico hay más de mil contenedores todos los meses, que por ser carga con destino brasilero a pesar de ser un volumen interesante no motiva el ingreso de un buque. Además hay demanda del Río Colorado hasta Bahía para ajo y cebolla, La Pampa solicita contenedores refrigerados para carne y vísceras, hay mucho cereal que tiene seguimiento de origen y control de tránsito que debería ir segregado en contenedores porque se pide calidad. Y además están los seis mil contenedores por año de fruta del Alto Valle que van a Buenos Aires entre enero y junio. Todos esos contenedores son los que aspiramos a que vengan a Bahía Blanca, en vez de ir a Buenos Aires, generándole al productor una logística diferente y un costo menor”. NO A LA FRUTA EN BODEGA En el Puerto bahiense quisieron dejar bien en claro su postura hacia SAE: “No aspiramos a sacar fruta en bodega, en eso es mejor San Antonio porque Patagonia Norte tiene todo muy bien armadito y ordenado, no tiene sentido duplicar inversiones aquí para hacer lo que se hace allá”. |