La ley, que todavía debe ser sancionada por el Senado, permite acordar convenios específicos que transformen en agentes de retención a los productores, los acopiadores y los exportadores. Todos los aportes serán liquidados con un pago único al momento de la venta de la cosecha.

Actualmente, la retención recae en los compradores de la producción que, según los impulsores del cambio, daba lugar a múltiples flancos de evasión.

"Los convenios entre empresarios y trabajadores homologados por el Ministerio de Trabajo permitirán combatir el trabajo en negro, simplificar e incrementar la recaudación, además de prestar apoyo a los productores que hubieran sufrido pérdidas parciales o totales de su producción", aseguró el autor de la modificación, el titular del bloque de diputados oficialistas, Agustín Rossi. El pago único incluirá los aportes jubilatorios, las asignaciones familiares, las cuotas para las obras sociales, para las aseguradoras de riesgos de trabajo y el seguro de desempleo.

El cambio fue rechazado por las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), que pronosticó un incremento de los costos de los productores, y en cambio fue respaldado por la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE).

"Frente al alto nivel de trabajo en negro, este es un proyecto inclusivo y de protección social", defendió Héctor Recalde, titular de la comisión de Legislación del Trabajo.