 Las exportaciones regionales de frutas y hortalizas por el puerto de San Antonio totalizaron en este primer semestre del año las 441.457 toneladas, cifra que representa una caída del 20% cuando se la compara con los niveles embarcados en este mismo período del año anterior y 5% por debajo del promedio de las últimas cinco temporadas. Así lo confirma un reciente informe elaborado por la terminal portuaria Patagonia Norte en el que se detalla que 114 barcos partieron rumbo a los mercados de ultramar con frutas y hortalizas frescas como así también jugos concentrados. "La temporada estaría cerrando positivamente en lo que se refiere a su desarrollo comercial. Los precios obtenidos en destino fueron superiores a los logrados el año pasado. No hay que adelantarse, hay que esperar las liquidaciones finales para saber cuánto será el retorno que deje la fruta en la región", confió un importante operador del mercado al ser consultado por el tema. La temporada está en su etapa final. Quedan un par de barcos por zarpar que contienen en su gran mayoría pera y manzana industrializada. La ecuación final para saber si verdaderamente la temporada fue buena, no sólo en su faceta comercial, saldrá de multiplicar los valores alcanzados por los volúmenes exportados. En este sentido la actividad está en desventaja: se exportó 20%. Habrá que ver si el mix de precios conseguido por las ventas a ultramar durante el corriente año supera el 20% para compensar precio por volumen en la ecuación final para el sistema. "Está claro que la temporada fue mejor, pero es verdad que hay que ver cómo es que afectó la baja de las exportaciones en el balance de las mismas", confió la fuente consultada. Los problemas al inicio de la temporada complicaron la salida de los embarques. El paro de los productores y de los cosechadores en pleno desarrollo de la pera William's hizo perder según estimaciones del sector privado entre 60 y 80.000 toneladas de fruta que deberían haber ingresado en los mercados de ultramar como 'primicia' y que, por ser cosechada a destiempo, presentó problemas de presión por lo que esta fruta no pudo ser embarcada o tuvo que ser reorientada a otros mercados menos exigentes. Cabe destacar en este sentido que la pera William's 'primicia' en los mercados de ultramar es la que consigue cotizaciones diferenciales que permite levantar el mix de precios de la variedad al cierre de la temporada. Sería importante en este sentido comprender, para las futuras temporadas, los perjuicios que determinan algunas medidas aisladas sobre el sistema en su conjunto. Otros de los puntos traumáticos que presentó la temporada fue la fruta no recolectada por los productores. El 'efecto bumerang' que generó la firma del Acta de Choele Choel, en donde se determinó políticamente un precio sostén para la pera y manzana tomada a consignación por el empacador al productor, generó más perjuicios que beneficios a este último. Muchos de los exportadores, luego de sufrir una de las peores crisis durante la temporada pasada y ante el temor de no saber qué es lo que iba a pasar en la presente, minimizaron riesgos y compraron sólo la fruta que presentaba calidad y sanidad para poder ser comercializadas en el exterior. Esto generó que muchos de los empaques sean selectivos a la hora de comprar los lotes de fruta por temor a no poder cumplir con los compromisos políticos acordados. Conclusión: mucha de la fruta que debía ser cosechada quedó en la planta. Si bien no hay datos oficiales al respecto de habla de unas 80.000 toneladas de peras y 150.000 de manzanas que no salieron esta temporada de las tranqueras. Para muchos empresarios, con el Acta de Choele Choel, 'se blanqueó' oficialmente quién puede mantenerse dentro del sistema y quién no. Los productores que pudieron entregar la totalidad de su fruta, seguramente obtendrán por ella buenos precios. El problema está en los que no pudieron hacerlo. Y ese 20% menos en las exportaciones, que no se ve compensado hasta ahora con los envíos al mercado interno y Brasil, tendrá su costo en el sistema. Costo que deberá asumir la parte más débil del eslabón de la cadena: el productor que no está integrado. En definitiva, los primeros números de la temporada muestran una recuperación de los precios de la fruta de la región en los mercados de ultramar, respecto de la temporada anterior, de lo que se deduce que los retornos por kilo al productor serán positivos. Pero la baja en los volúmenes comercializados pone en tela de juicio si estos retornos obtenidos se mantendrán a la hora de analizar la totalidad del complejo frutícola. Continuar con la intervención del mercado por parte del poder político genera distorsiones, las que son, en definitiva, pagadas por la fruta.
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