Corte de exportaciones y control de precios fueron las dos decisiones que tomó el gobierno para que la demanda interna de carne vacuna se incremente y los precios bajen a nivel de góndola. Los objetivos de corto plazo fueron alcanzados a medias. Sin embargo, las consecuencias que se generarán en el mediano y largo plazo con estas medidas no son del todo auspiciosas para la actividad. Las estadísticas oficiales muestran que en abril de este año se faenaron 841.653 cabezas, el nivel más bajo desde enero de 1990. Con relación a marzo la actividad industrial retrocedió 21,4% y en comparación con igual mes del año pasado mostrando una baja llegó a 30,4%. La inseguridad jurídica que generó la intervención del mercado tuvo una reacción lógica sobre los componentes de la actividad. Las dudas persisten y muchos son ya los ganaderos que cancelaron inversiones para incrementar sus stocks en el próximo trienio en función de la falta de reglas claras existentes. Teniendo en cuenta las estadísticas consolidadas del primer cuatrimestre del año y los datos preliminares del cierre de mayo y junio, las proyecciones muestran que las exportaciones alcanzarán al cierre de este año las 420.000 toneladas con una facturación en torno a los 890 millones de dólares. Las cifras mencionadas muestran caídas en ventas, respecto del 2005, del orden del 31% y en volúmenes en torno al 45%. Un dato poco alentador para la industria y el país en general. La menor caída de los valores, con relación a los volúmenes exportados, está explicada por un aumento de 24% en el precio promedio de los cortes exportados entre 2005 y 2006. Esta mejora en el precio promedio de exportación alcanzará a todos los productos: Hilton, resto de enfriadas /congeladas y procesadas (ver nota aparte); una clara señal de que la demanda mundial de carne vacuna crece a paso firme, lo que constituye una oportunidad para los países productores exportadores. Pero pareciera que la Argentina siempre va a contramano de los acontecimientos mundiales. El retroceso del nivel de actividad afectó la producción total de carne. Así lo confirma un reciente informe elaborado por la Cámara de la Industria y Comercio de carnes y derivados de la Argentina (CICCRA) en el que se destaca que en abril se produjeron 191 mil toneladas de res con hueso de carne vacuna. Es decir, 23% menos que en marzo y 27,2% menos que en abril del año pasado. En lo que respecta al peso promedio de la hacienda faenada, en abril se ubicó en 226 kilogramos /gancho. En comparación con el mes anterior bajó 2,0%. ¿Por qué? Porque al suspenderse las exportaciones, bajó la faena de las categorías más demandas en el exterior y que al mismo tiempo son las de mayor peso promedio: novillos y vacas. Con relación a marzo su faena disminuyó 35,6% y 23,4%, respectivamente. El informe destaca asimismo que, en términos interanuales, el peso promedio se mantuvo 4,5% por arriba. Pero esta comparación está afectada por la implementación de un peso mínimo de faena de 260 kilogramos en pie a partir de noviembre del año pasado, que se elevó a 280 kilogramos en pie desde marzo del corriente año. Cuando se toma el acumulado del año, la faena total fue de 4,03 millones de cabezas, 11,6% menor que la del primer cuatrimestre de 2005. En esta caída, destaca el estudio, influyeron dos hechos principales. En primer lugar, el aumento del peso mínimo de faena de 260 a 280 kilogramos en pie. Esta medida redujo la disponibilidad de hacienda para enviar a faena, tanto por cuestiones técnicas (se requiere más tiempo para alcanzar el nuevo peso mínimo) como por cuestiones políticas. En segundo lugar, la pulseada política desencadenó a los pocos días la suspensión temporaria de las exportaciones, lo que disminuyó la actividad de los frigoríficos exportadores. Esta medida comenzó a regir a partir del 14 de marzo, aunque no interrumpió los embarques con carta de crédito en firme y los cortes Hilton. Por lo tanto, tuvo un bajo impacto en aquel mes. Recién en abril tuvo una mayor incidencia, debido a que el gobierno nacional paralizó incluso los embarques de cuota Hilton. En el primer cuatrimestre de 2006 la producción de carne alcanzó un nivel de 918 mil toneladas. En comparación con enero abril de 2005 la producción bajó 7,3%. El estudio remarca, por otra parte, que la menor caída de la producción de carne con relación a la faena total se explicó por la vigencia del peso mínimo de faena. En enero-abril de 2006 el peso promedio fue de 228 kilogramos/gancho, es decir 11 kilos mayor al observado en similar período de 2005. En términos relativos, la mejora fue de 4,9%. La mayor parte de estas estadísticas muestran en definitiva que las medidas del gobierno perjudicaron el desarrollo de la actividad. La posibilidad de armar un programa de mediano plazo a nivel nacional que permita incrementar los stocks ganaderos, quedó por ahora sólo en un 'borrador de trabajo'. Mientras el gobierno nacional no comprenda que los mecanismo regulatorios sólo tienen efectos de corto plazo y en algunos casos cumpliendo objetivos a medias como se está demostrando con la carne y que la única manera de sortear estructuralmente el problema de la industria y el mercado de la carne es aumentando los niveles de oferta, toda medida adicional que se tome a partir de ahora generará en el mediano plazo efectos nocivos sobre la actividad que llevará años volver a recomponer. |