Grandes extensiones de tierras, disponibilidad de agua, posibilidades de crecimiento en infraestructura y puertos que miran al Atlántico son las variables que más pesan entre los inversores a la hora de analizar una posible inversión en plantas de producción de biodiésel. "Nosotros estamos buscando extensas zonas que no coincidan con aquellas tradicionales de producción de granos destinadas a abastecer los canales alimenticios. Estamos tras superficies marginales que presenten condiciones para producir con el soporte de inversiones", destacó Enrique Manzanares Carbonell, vicepresidente de Entaban Ecoenergéticas, en diálogo con "Río Negro Rural". El grupo español Entaban trabaja con 'combustibles limpios' hace años. Tiene en la Península Ibérica seis plantas en marcha para la producción de biodiésel. La idea de Manzanares Carbonell es expandirse, liderar la ofensiva en el mercado para este tipo de productos, y las miradas están puestas en la región. El maíz o el sorgo, granos forrajeros de excelencia en el país, pueden ahora destinarse a la elaboración de etanol, un sustituto renovable de las naftas. Los aceites vegetales de la mano de la producción de la soja o la colza, pueden apuntalar la oferta de biodiésel. La demanda insatisfecha por biocombustible está. Habrá que ver si la misma puede ser abastecida desde las tierras patagónicas. El biodiésel es un combustible líquido muy similar en propiedades al aceite diésel, pero obtenido a partir de productos renovables, como son los aceites vegetales y las grasas animales. En comparación con el diésel de recursos fósiles, puede producirse a partir de aceites vegetales de diferentes orígenes. Para producir el biodiésel, el aceite se extrae de la semilla cultivada y como producto secundario harina que puede usarse como forraje animal. El aceite es refinado y sometido a la transesterificación, lo que produce glicerina como un derivado. El biodiésel puede usarse en su forma pura (100% biodiésel) o mezclado en cualquier proporción con diésel regular para su uso en motores de ignición a compresión. Puro es biodegradable, no tóxico y esencialmente libre de azufre y compuestos aromáticos. En Europa, que es donde más se consume este tipo de combustible, es producido principalmente a partir del aceite de la semilla de canola (conocida como colza o rapeseed) y el metanol, denominado comercialmente como RME (Rapeseed Methyl Ester) y utilizado en las máquinas diéseles puro o mezclado con aceite diésel, en proporciones que van desde un 5% hasta un 20%. En Alemania y Austria se usa puro para máximo beneficio ambiental. Además de la colza, en los últimos años se ha producido biodiésel a partir de soja, girasol y palma, siendo esta última la principal fuente vegetal utilizada en Malasia para la producción de biodiésel PME y PEE (Palm Methyl Ester y Palm Ethyl Ester). CAUSAS DEL CAMBIO ¿A qué se debe el impulso que se le quiere dar al cambio en el consumo de productos alternativos al petróleo? Razones económicas, políticas y ambientales se pueden dar como respuesta a este interrogante. En principio hay que destacar que hace más de 20 años que la Unión Europea (UE) viene trabajando con el desarrollo de los biocombustibles. Hoy, con precios del crudo por encima de los 70 dólares el barril y las presiones del Tratado de Kyoto que estipula que en el 2010 se debe tener previsto en el viejo continente la utilización de combustible con un corte en el gasoil de un 10% de biodiésel, comienza a ser viable, económica y políticamente, la posibilidad de instalar este negocio a gran escala. El problema para las empresas europeas está en la oferta. En la UE no hay superficies adecuadas para las escalas de producción primaria que necesita la industria. "La clave está en que nosotros podemos juntar en la región seis propietarios con alrededor de 100.000 hectáreas, mientras que en España para esta misma superficie hay que hablar con 10.000 productores, algo que hace inviable de por sí el proyecto. Nosotros podemos darles lo que ellos necesitan y sobre esta base vamos a centrar esos esfuerzos", enfatizó Juan Accatino, ministro de la Producción de Río Negro. El grupo español dejó en claro que durante el período 2005-2010 se trabajará sólo para la evaluación del proyecto y, una vez definida su viabilidad, "comenzaremos a hablar de inversiones", remarcó en otra parte de la charla Serrano Vinué. El ejecutivo destacó en este sentido que, definida la puesta en marcha del proyecto, hay que salir a buscar las inversiones para ponerlo en marcha. "Puede venir, parte, de la mano del Grupo Entaban y de fondos de inversión de empresas europeas que tienen la necesidad de comprar derechos de emisiones de dióxido de carbono tal como lo estipula el Tratado de Kyoto", aclaró. En España, el nuevo Plan de Energías Renovables 2005-2010 (PER) establece una reducción del 8,5% en el consumo de energía primaria y del 20% en la dependencia del petróleo. Para biocombustibles, el consumo establecido es del 5,8% de todos los carburantes que se empleen en el transporte en 2010, cumpliendo a su vez con el objetivo establecido por la UE. Uno de los principales problemas que tienen los biocarburantes en la actualidad y con las actuales cotizaciones del crudo es que sus precios todavía son mayores que los del petróleo. En el PER se proponen estímulos fiscales por algo más de 2.855 millones de euros hasta 2010 para todas aquellas empresas o productores que encaren los programas de producción de biocombustibles. Los bioetanoles y los biodiéseles se encuentran de esta manera eximidos del impuesto sobre hidrocarburos. Parte de estos impuestos no tributados son los que pueden llegar a sostener las potenciales inversiones en los terceros países que quieran desarrollar la producción de biocombustibles, siempre y cuando los mismos terminen siendo consumidos en España o, por convenios específicos, en el resto de los países de la UE. El uso por primera vez de aceites vegetales como combustibles se remonta al año de 1900, siendo Rudolph Diesel, quien lo utilizara por primera vez en su motor de ignición-compresión y quien predijera el uso futuro de biocombustibles. Durante la segunda guerra mundial, y ante la escasez de combustibles fósiles, se destacó la investigación realizada por Otto y Vivacqua en el Brasil sobre diésel de origen vegetal, pero fue en el año 1970 que el biodiésel se desarrolló de forma significativa a raíz de la crisis energética que se sucedía en el momento y al elevado costo del petróleo. Las primeras pruebas técnicas con biodiésel se llevaron a cabo en 1982 en Austria y Alemania, pero recién en 1985 en Silberberg (Austria) se construyó la primera planta piloto productora de RME. Hoy en día países como Alemania, Austria, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Malasia y Suecia son pioneros en la producción, ensayo y uso de biodiésel en automóviles. La UE es líder mundial en el desarrollo del sector del biodiésel. De hecho, su producción ascendió a 2,1 millones de toneladas en 2005. Pese a esto, los biocarburantes deben experimentar todavía un fuerte desarrollo para alcanzar los objetivos de Kyoto. En España hay diez plantas que producen biocarburantes. Su producción total llegará en este año hasta las 346.000 toneladas, con un valor energético similar al de 265.100 toneladas de petróleo. El biodiésel representa 166.000 toneladas, elaborándose fundamentalmente a partir de aceites vegetales utilizados en la industria y de aceites puros obtenidos directamente de cultivos oleaginosos. Actualmente en España hay ocho plantas de este tipo. Dos industrias que comenzaron a operar este año, que en la actualidad producen biodiésel con aceites vegetales, mientras que las restantes utilizan aceites reciclados. Los aceites vegetales proceden principalmente de la soja, colza y palma, que se importan prácticamente en su totalidad. En la actualidad, existen varios proyectos de plantas, en su mayoría a partir de aceites vegetales, con lo que se espera que la demanda de aceites semillas oleaginosas aumente significativamente a corto plazo. |