Las preguntas en esta ocasión estaban de más. Con la cara llena de risa llegó al parque cerrado. Después de tantas pálidas, llegó la revancha y nada menos que en la Vuelta de la Manzana.
Cada vez que su auto funcionó se codeó con los mejores, pero las frustraciones fueron más y hasta tuvo ganas de largar todo.
Por eso, la emoción, las lágrimas y hasta el abrazo interminable con su papá tenían más significado que mil palabras.
El piloto en cuestión es Alejandro Cancio, quien se sacó la mufa de encima en el certamen argentino de rally y con su tercer puesto se convirtió en el mejor piloto regional en la mítica prueba de la "Manzana".
El huinculense redondeó su mejor trabajo del año. Desde que empezó la prueba hasta que estaba finalizando estuvo siempre en los tiempos de adelante, a la expectativa que la tremenda lucha entre Marcos Ligato y Federico Villagra terminara con alguno afuera.
Sólo levantó al final, perseguido por los fantasmas de los infortunios de las pruebas anteriores, pero su tercer puesto ya estaba asegurado.
- ¿Fue casi la prueba soñada?
- Me salió todo bien desde el primer tramo y eso, cuando uno viene de capa caída, ayuda mucho. El auto rindió bárbaro y yo pude cumplir con mi parte.
- ¿Entonces, te vas conforme?
- Por supuesto, me voy conforme porque estuve siempre en los tiempos y si no pudo estar más adelante fue por culpa de dos fenómenos como Marcos (por Ligato) y el "Coyote" (Federico Villagra), quienes estuvieron intratables.
- ¿Después de tantas pálidas, esto es como un triunfo?
- Sí. Me llegó en el momento justo. Venía de una mala racha increíble en el argentino. Menos mal que me motivaba con los triunfos en el regional, aunque no era lo mismo.
- ¿Tuviste ganas de largar?
- Varias veces, no se podía creer la mala suerte que tenía. Toqué fondo en la prueba del Mundial, en Córdoba. Me agarré una bronca bárbara. Si no era por mi viejo largaba todo. Menos mal que seguimos, porque esta alegría vale por tantas malas. Y ahora a encarar con todo lo que falta.
- ¿Fue interminable la segunda etapa?
- No tanto al comienzo, sino cuando llegamos a Cinco Saltos. A partir de ese tramo, empezamos a sentir un ruido raro en el diferencial del Mitsubishi. Por eso, levantamos un poco. Sabíamos que en condiciones normales no se escapaba el tercer puesto.
- ¿El equipo también tuvo su revancha?
- Es cierto. El "1-3" fue un gran resultado. Ganó Ligato, quien también hacía rato que no festejaba y yo lo acompañé en el podio. Estamos todos muy contentos, por eso lo festejamos tanto cuando salimos del parque cerrado. Los mecánicos dejan la vida en cada asistencia, ellos también se merecían una alegría.
- ¿Y ahora con qué expectativas para lo que resta?
- Te imaginás la alegría que tengo. Quiero andar bien en Mina Clavero y Concepción del Uruguay para después prepararme con todo porque en Plaza Huincul voy a ser local. Me ilusiono con darle pelea a esos monstruos que son Villagra y Ligato. Están un escalón arriba del resto, pero me tengo confianza para intentarlo.
Cancio recuperó la sonrisa y la confianza, lo que no es poca cosa para un piloto.