Fue un monólogo de Nicolás Carlomagno. Su mensaje en la previa, que venía a sumar sin arriesgar fue un verso. El cordobés no le perdonó nada al Subaru que le entrega el equipo huinculense GyG Motor Sport, y terminó cerrando un negocio redondo, porque no solo ganó la 37 edición de la Vuelta de la Manzana, sino que se convirtió en el nuevo líder del certamen argentino en la flamante categoría Súper R, con una buena diferencia a su favor después del abandono de su comprovinciano Fernando Scarlatta.
Carlomagno impuso un ritmo que fue imposible de seguir para sus rivales y los que arriesgaron lo terminaron pagando con el abandono.
Uno que se quedó en el intento fue el neuquino Pablo Cacopardo. Se jugaba todas las fichas en la segunda etapa y la exigencia le costó pegarle duro al Subaru, romper una parrilla de suspensión y quedar afuera de la prueba cuando promediaba el segundo tramo.
Cacopardo se despidió de la lucha por el título, en la que tenía pocas posibilidades, pero su mérito fue que lo hizo apostando todo, sin guardarse nada, a costa de asumir riesgos que lo podían dejar afuera.
El otro que se dio fuerte en una salida del camino fue el "capitán" Scarlatta, quien se fue de la "Manzana" con el auto golpeado y las manos vacías, porque perdió la punta del certamen.
