Fue la prueba soñada para Maximiliano Debasa. Llegó a la Vuelta de la Manzana con la misión de ganar la clásica prueba y anticipar su consagración como campeón argentino del Grupo N-3. Y cumplió, con un gran susto en el comienzo de la segunda etapa, pero demostrando todo su nivel.
La conquista adquiere mayor división porque es el único piloto del certamen que ganó las seis pruebas que se disputaron, con una efectividad que asom-bra.
El nuevo "rey" de la tracción simple logró su segundo título, porque el anterior fue en el Grupo N-2, y lo hizo con el mismo auto que el año anterior llevó el neuquino Pablo Cacopardo a conquistar también el Argentino.
La conquista de Debasa se comenzó a edificar desde el mismo momento que compró un auto ganador. Después, con su equipo, y su impecable manejo, se encargaron de hacer el resto.
En una división alicaída, lo que en nada desmerece la conquista, el piloto de Catriel demostró que estuvo varios escalones arriba del resto y que se merece otra oportunidad con un tracción integral.
Debasa hizo su parte, sería bueno ahora que apareciera el apoyo para un desafío mayor.
Los golpes de escena estuvieron al por mayor. Debasa comenzó a padecer con la suspensión de su Clío, al tiempo que Daniel Llanos primero perdía segundos por culpa de la caja de velocidades de su auto trabada en Canal 10 y después se quedaba en la zona de la defensa, en Gómez.
Con Tussedu, Machinea y Arceo encajados en el guadal del primer tramo, Debasa mantuvo su diferencia. Y también se vio favorecido en el segundo al anularse el tramo, después que se saliera una goma de su auto.
Claro, el suspenso ganó la definición cuando al nuevo campeón argentino lo penalizaron con un minuto por transitar en enlace con tres ruedas y su navegante afuera del auto, por lo que de repente Tussedu aparecía con posibilidades y hasta se ilusionaba Manuel Machinea, con todo lo que pasaba en una prueba de un desarrollo muy loco.
La cuestión es que en la segunda vuelta por los dos tramos en la barda roquense empezó a definirse la prueba. Y lejos de especular, fiel a su estilo aguerrido, Debasa se olvidó de los números del certamen y fue por más.
A pesar del minuto de recargo, le sacó 37s 2/10 a Tu-ssedu y más de un minuto a Machinea, con lo que prácticamente terminó con las expectativas de sus rivales.
El cierre llegó con golpes de escena y no por el lado de "Maxi", quien se fue derecho al triunfo con un auto que hasta cumplió los últimos tramos sin frenos.
La exigencia de la prueba dejó afuera a Tussedu, con un problema en la suspensión de su Seat.
Y lo aprovechó Machinea, quien acumuló su séptimo podio seguido, al margen de repetir su ubicación otra vez en la "Manzana".
Mientras, se ubicó tercero Ramiro Arceo, quien tuvo muy buenos parciales en la segunda etapa y ratificó que se adaptó perfecto al Clío.
