Hace menos de un mes, cuando se le mencionó la posibilidad de ganar la triple corona en la Vuelta de la Manzana, al neuquino Pablo Cacopardo se le iluminó el rostro. Pero, enseguida, reflexionó y aseguró que iba a encarar la prueba pensando exclusivamente en sumar para afirmarse al frente del certamen argentino del Grupo N-3. Eso fue lo que pensó hasta que llegó el momento de acelerar, porque ni bien encaró el primer tramo lo hizo a fondo; se aferró a la punta de la prueba y casi no la dejó hasta el final. Igual, su triunfo tuvo una buena cuota de suspenso hasta último momento, como siempre pasa en la "Manzana", porque golpeó el auto en el tramo del aeropuerto y por poco se queda con las manos vacías. Después, quedaría en una anécdota, porque todo salió redondo. ¿Y... qué se siente? - Una gran emoción. Con "Chaca" (por su navegante Javier Montero) no queríamos ni mirarnos cuando terminó el último tramo. Es algo difícil de explicar con palabras. Más aún por el reconocimiento de la gente. ¿Sufrieron en el final? - Más que en el final, durante buena parte de la etapa. Menos mal que contamos con un equipo bárbaro. Oscar Millán y los chicos recuperaron a un auto que habíamos golpeado muy fuerte. ¿Se dio lo de la triple corona en la "Manzana"? - Sí. Y es buenísimo. Lo del Sudamericano y Patagónico vino de arriba. Nosotros encaramos la prueba buscando sumar la mayor cantidad de puntos para afirmarnos en la punta del Argentino y lo logramos. Estamos viviendo un momento que no se puede contar con palabras. La "Manzana" nunca nos trató bien, creo que ahora nos devolvió todo junto. |