Parece mentira que hace apenas unos años la categoría nació sin siquiera tener un reglamento definido, que trajo unos cuantos dolores de cabeza. Pero se fue ordenando y terminó convirtiéndose en el suceso que los que apostaron al Grupo N-2 prometían. Es la categoría más numerosa y competitiva del renovado Patagónico. El crecimiento de esta división parece no tener techo. Son muchos los que apostaron a autos nuevos, que bien armados demostraron que se bancan cualquier castigo. Las últimas pruebas del certamen regional sirvieron para demostrar la confiabilidad de los autos. Rara vez alguno se para por un problema mecánico y la cantidad de arribos es muy importante. Pero lo mejor de todos es la paridad que se observa en cada rally. No hay un candidato cantado, siempre son más de media docena los que se prenden en la pelea por el triunfo. Para muestra, lo más reciente. En Beltrán lucharon por el triunfo José L. Gómez, quien se llevó la prueba; el reaparecido Sergio Barotto, quien presentó el primer Renault Clío en la categoría a nivel regional; Claudio Zoia; Cristian Del Signore; Cristian Giuliano, el líder del certamen; Ramiro Arceo, y Fabio Badillo. La lucha no es sólo de pilotos. Hay también pelea de marcas, porque entre los citados, están los que apuestan a los rendidores Palio, algún VW Gol y el flamante Clío. Si no habría que sorprenderse si en cualquier momento también se prende algún Peugeot 206. Y el auge que despertó la categoría también se demuestra en la cantidad de autos que se armaron en los últimos tiempos. Uno de los que más está trabajando es el equipo de Javier Moreiro, quien lleva cuatro en cuestión de meses. Pusieron en acción tres VW Gol y un Clío, y ahora van por otro de la misma marca. Otro de los equipos que tiene autos en cantidad es el que comanda Maximiliano Debasa, que para la "Manzana" tuvo que colgar el cartel de "no hay vacantes". Alquiló todo lo que tenía e incluso tendrá que prestar atención a otros pilotos que suelen utilizar sus Palio, pero que ahora debieron alquilar autos para no perderse la posibilidad de estar en la "Manzana". Desde Apryn-Sur se apoyó fuerte a esta categoría, también desde la Federación Once. Cuando se emprolijó el reglamento pegó un salto enorme. Tanto de calidad como de cantidad, convirtiéndose en la de mayor proyección en el Patagónico. "El costo inicial puede ser más importante, pero después el mantenimiento es mucho menor. Y cuando se arma un auto, en materia de elementos de seguridad, para cualquier división de gasta lo mismo", comentó Jorge Angeloni, el presidente de Apryn-Sur, quien fue una de las más firmes defensores de la creación de esta categoría y hoy, cuando piensa en dejar sus funciones para incursionar en la política, disfruta del presente de una categoría que ya se ganó su lugar en el rally regional. |