No hace falta abundar en detalles para referirse a la Vuelta de la Manzana. Es cierto que no hay una prueba igual a la otra, y muchos menos en el caso de la "Manzana". Sí, está comprobado que este rally es el único que mantiene inalterable la misma pasión en los aficionados, los que supieron vivir aquellas etapas de 500 kilómetros o los más jóvenes que disfrutan de los tramos más cortos y violentos de la actualidad. Pocas pruebas se bancaron los cambios que experimentó el automovilismo, muchos de los cua- les se pusieron en práctica en la "Manzana", sobre todo por la capacidad organizativa de la AVGR. Llegó la 36 edición de la clásica prueba, la más importante del rally argentino que esta vez presentará un atractivo extra, como será la presencia del certamen sudamericano, con todo lo que representa la presencia de pilotos de diferentes países y autos diferentes. La apuesta de la AVGR es muy fuerte. No son muchos los clubes que se animan a encarar una prue-ba por tres certámenes diferentes, como el Argentino, Patagónico y Sudamericano, y con más de cien participantes. Si algo que faltaba a la AVGR era organizar una fecha por el Sudamericano. Lo que comenzó hace justo un año como una posibilidad, se convirtió en una realidad. La movida es enorme, una prueba más para demostrar la vigencia de una entidad que demostró solvencia para encarar cualquier desafío, pero que para cada edición de la Vuelta de la Manzana siem-pre se prepara de una for-ma diferente. Es que la "Manzana" es la AVGR, la carta de presentación de un club que pasó las fronteras gracias a esta prueba. Llegó la hora de la ver-dad. Empieza a escribirse el 36 capítulo de la maravillosa historia de la Vuelta de la Manzana. Con autos de nueva generación, pero también con otros que se resisten al paso del tiempo y que todavía siguen haciendo su aporte. |