Godoy Cruz aprovechó al máximo sus virtudes y también la impotencia e inoperancia de un desconocido Estudiantes para llevarse de La Plata tres puntos importantes. Israel Damonte, a los 15 minutos del segundo tiempo, marcó el gol del triunfo.
Esta victoria ratifica algo que Godoy Cruz mostró desde el comienzo de la temporada, cuando venció a Boca en La Bombonera y a Independiente en Avellaneda por la Copa, que de visitante se siente cómodo y no perdona.
Estudiantes pareció un equipo vacío de fútbol y espíritu, que manejó la pelota durante la mayor parte del partido, aunque nunca puso en aprietos a un adversario que supo como defender su arco.
Los primeros 45 minutos pueden resumirse en tres palabras: fueron muy pobres.
Durante 30 minutos la pelota fue y vino sin ton ni son. Recién a partir del último cuarto de hora Estudiantes se adueñó de la mitad de la cancha y a través de algún pelotazo de Verón empezó a acercarse al área de Torrico.
Estudiantes mantuvo en el arranque del segundo período la intensidad que había exhibido en el final de la etapa inicial. De a poco Godoy Cruz se volvió a afirmarse. Colocó dos líneas de cuatro y con eso le bastó para complicarle el panorama. Porque Estudiantes tuvo la pelota, pero le costó jugarla con precisión y profundidad.
A pesar de disponer de media hora para cambiar la historia, el Pincha careció de los elementos necesarios para complicar a un rival que no mostró grietas cuando tuvo que defender una merecida victoria.