Sin darse cuenta ni quererlo, el tenis reflejó las injusticias del mundo al recaudar cuatro veces más dinero para los damnificados por las inundaciones en Australia que un año antes a favor de los afectados por el terremoto en Haití.
Ambas tragedias impactaron al comenzar el nuevo año. El devastador terremoto en el país más pobre del hemisferio occidental dejó en enero de 2010 más de 220.000 muertos, fuerte contraste con los 16 debido a las inundaciones en uno de los países más desarrollados del planeta.
"Tiene su lógica", explicó un alto responsable del tenis masculino. "Estamos en Australia, y acá entran en juego también las empresas".
La exhibición en Melbourne, bautizada "Rally for Relief", recaudó dos millones de dólares. La de hace un año, bajo el título de "Hit for Haiti", cosechó 500.000, cuatro veces menos.
Roger Federer, uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, fue la gran fuerza impulsora del acto de beneficencia. Esta vez hizo lo mismo que un año atrás: pidió la ayuda de sus colegas y se presentó ante el director del Abierto de Australia, para plantearle la idea, no sin antes hablar con Rod Laver, leyenda del tenis "aussie".
La apuesta, al igual que en 2010, fue un éxito. Lo recaudado ayer es el resultado combinado de los tickets comprados por 16.220 espectadores, sus donaciones y los aportes de diversas compañías patrocinadoras.
En un ambiente relajado, grandes estrellas se unieron para mostrar sus destrezas. Federer, Nadal, Djokovic, Roddick, Rafter, Hewitt, Wozniacki, Clijsters o Ivanovic fueron algunos de los participantes.
Si en 2010 Federer organizó todo en apenas 24 horas, esta vez tuvo algunos días más para reaccionar. "Pensé que debíamos hacer algo", explicó.
Un vistazo a los donantes de 2011 y a los de 2010 permite entender las diferencias: empresas como la televisora Seven Network, Kia Motors, Rolex, Wilson, Evian, TPF, Cussons o Jacob´s Creek aportaron esta vez. Hace un año, nada. Aquella vez sólo aportaron jugadores, público y los diversos entes rectores del tenis.
La devastación generada por las aguas en
Australia es impactante, pero el país tiene
con qué reaccionar. Mientras en Brasil
las inundaciones dejaron hasta el
momento 595 muertos , en
Haití el terremoto fue seguido
por una epidemia de cólera,
drama añadido para un país
destruido en cuanto a
servicios e infraestructura
y sin rumbo político cierto
por el momento.
Por Sebastián Fest (DPA)
