Si el 2010 fue el año de los mundiales, el 2011 que asoma no será menos trascedente en algunos deportes, sobre todo en el que reina estas latitudes: el fútbol.

El Mundial de Sudáfrica dejó en la piel del argentino futbolero una enorme llaga. El equipo aterrizó en continente africano dejando en su camino una enorme estela de gloriosa reminiscencia: clasificó con lo justo, estaba Maradona, esta vez como DT, en el detrás de escena se mostraba Bilardo, en cancha usaba la 10 el mejor del planeta, la críticas eran casi todas desfavorables... Todas cuestiones que invocaban un viaje retrospectivo a México ´86.

Pero a veces el fútbol es lógico. Entonces Argentina regresa con una vergonzosa eliminación en cuartos de final a manos de Alemania, acumula 24 años sin ganar un mundial y ese triste fenómeno provoca uno más increíble: Diego baja de los cielos y se transforma en terrenal. Como nunca, el ciclo del Diez estuvo plagado de polémicas. Julio Grondona, al frente de la AFA desde la última dictadura militar, le mostró la puerta de salida y movió los mecanismos necesarios para que el Comité Ejecutivo decida por la continuidad del interino Sergio Batista.

Checho contestó a los embates de Maradona con sus convocatorias, en las que no faltaron los desterrados del ciclo anterior: Gaby Milito, Cambiasso, Banega, Lavezzi y hasta el mismísimo Zanetti, quien en el Mundial de 2014 estará cerca de los 41 años.

Batista hará todo lo que Grondona diga, pero es probable que ni siquiera eso consiga asegurarle el cargo hasta la Copa de Brasil si su seleccionado no es quien corte con los 18 años sin ganar una Copa América, torneo que se realizará en nuestro país.

Los mismos que le rinden pleitesía a Grondona son los que dejaron a los ´grandes´ sumidos en una crisis terminal. El 2010 estuvo marcado por el proceso de deterioro de un Boca que padeció todo tipo de males; de un River que sufrió con las cuentas y el descenso; de un Independiente que ganó la Sudamericana pero quedó último en el torneo local, y de un San Lorenzo que no pelea por nada y se ha acostumbrado a dar sólo títulos periodísticos por escándalos internos. Racing es el único que genera alegría, pero con un objetivo diferente: salir de la promoción...

No sorprende entonces que dos equipos de los "chicos" hayan sido los mejores en la 2009-2010 (Banfield-Argentinos) y que el Apertura 2010-2011 lo haya ganado Estudiantes. Que los ´top´ estén sin ganar un título tres campeonatos al hilo es un hecho sin precedentes desde que en 1991 comenzaron los torneos cortos.

La mayor alegría de 2010 que se fue la aportaron las fantásticas Leonas de Chapa Retegui y Luciana Aymar, pero también provocaron una sentida satisfacción los felinos que comandó en Turquía el Oveja Hernández desde afuera y desde adentro el enorme Luis Scola, para muchos el mejor ´4´ que tiene el básquet mundial.

En estas tierras tan futboleras, muchos soñaron con Maradona cediéndole el trono a Messi, con Mascherano levantando la Copa cual Diego en México ´86, con el Obelisco repleto, con los nuevos héroes en la Rosada para recibir el tributo en medio de cánticos y lágrimas. La imagen fue destrozada por un grupo de alemanes.

Pero Aymar, Scola, y todos sus compañeros saltaron a escena como un buen cicatrizante. La vuelta olímpica en Rosario para las chicas y las epopeyas de la disminuida Legión (sin Ginóbili y Nocioni) en triunfos como ante Brasil fueron un remedio ante tanta frustración. Para este 2011 surgen acontecimientos como el Preolímpico de básquet -en Mar del Plata-, los Panamericanos de Guadalajara, el Mundial de rugby. Citas donde el celeste y el blanco serán protagonistas.

El fútbol debería tomar ejemplos. Y dejar de ser tan arrogante. Sería demasiado peligroso que el 2010, signado por las polémicas, los descalabros económicos y la omnipresencia de los barra bravas en todos los ámbitos de la vida social y política, se eternice en el mundo de la redonda. (S.B.-C.H.)