La victoria holgada sobre Huracán por 3-1 le dio a Tigre algo de aire fresco tras una agobiante semana en la que su técnico Ricardo Caruso Lombardi quedó salpicado por una acusación de un jugador del plantel.
Denis Stracqualursi, dos veces de cabeza, y Leonel Altobelli anotaron los goles de Tigre, en tanto Rolando Zárate había igualado para Huracán, que se hunde en la zona de promoción.
Tigre fue ampliamente superior siempre ante un Huracán que volvió a mostrar su endeblez en la que cayó desde aquel festejado triunfo en el clásico ante San Lorenzo. Huracán sufrió cuando Tigre abrió la cancha, cuando mandó centros al área o cuando entró por abajo en cualquier posición del frente de ataque.
La única falla de Tigre se produjo en los minutos posteriores al primer gol de Stracqualursi, apostando al contragolpe. Necesitó Tigre que Huracán igualara a través de un penal de Zárate para que volviera a imponerse como dominador de campo y pelota.
A los 30, dos minutos después del empate, otra jugada casi calcada que el primero, terminó en el segundo gol de Stracqualursi. Tigre cerró su cuenta con un remate fuerte de Altobelli ante la salida de Gastón Monzón.
En el segundo las cosas siguieron igual, y salvo un disparo lejano de Quiroga que se desvió en Pérez y pegó en el palo, el resto fue de Tigre. Hubo perfume de goleada, pero las malas definiciones del equipo de Caruso Lombardi dejaron las cosas como estaban.