El seleccionado argentino de rugby, Los Pumas, cayó ayer ante Irlanda por 29-9 en el último test match de su gira europea que terminó con saldo desfavorable de dos derrotas contra un solo éxito.
Los Pumas volvieron a mostrar dos errores característicos de esta era: cometieron gran cantidad de infracciones y además se mostraron previsibles a la hora de atacar.
En este último aspecto, la pelota salió lenta de los rucks, los forwards no consiguieron ganar demasiados metros y poner al equipo adelante y los tres cuartos no generaron casi nunca diferencias con la pelota en sus manos, en parte porque pocas veces tuvieron el apoyo de la tercera línea para darle más dinámica a los avances.
Más allá de la discreta actuación del árbitro sudafricano Mark Lawrence, que perjudicó bastante al equipo albiceleste aunque no fue decisivo, los argentinos volvieron a jugar mal y cerraron una gira importante de cara al Mundial del año próximo en la que marcaron un solo try y ante Italia, el equipo más débil que enfrentaron.
En la tarde de Dublín, en la que no hubo nieve ni lluvia a lo largo del encuentro como estaba pronosticado, pero sí un frío tremendo, Los Pumas no encontraron el rumbo pese a disponer de la pelota tanto o más que su oponente.
Felipe Contepomi estuvo errático a los postes y además en poco se pareció al conductor brillante que guió al equipo a una goleada espectacular ante Francia en junio; los forwards empezaron bien y terminaron mal, y los backs siguen sin mostrar ideas para quebrar a la defensa rival, y cuando lo hacen se aíslan y pierden la pelota.