Los dos intentaron llevarse los tres puntos, pero la historia terminó 1-1 en el Cilindro de Avellaneda. Se podría decir que fue un resultado justo. El final fue vibrante, porque a los 44 del ST Racing tuvo la victoria en los pies de Lugüercio, pero el balón pegó en el palo, y a los 46 Francisco Romero falló un mano a mano increíble que le hubiese dado la segunda victoria al hilo a Quilmes,
Los primeros 45 desnudaron a un Racing tibio, errático en los pases, con falla en la transición del balón y carente de profundidad. Es más, el Cervecero tuvo mejor control de balón y llegó un par de veces con peligro.
Igual, el excesivo tránsito del balón por el medio hizo lógicamente que el esa etapa tuviese pocas situaciones. La primera clara fue para la visita, después de un desborde por izquierda que casi acaba en gol de Pablo Garnier. La segunda también la generó el equipo de Madelón, que de un corner casi saca rédito.
Racing contestó a los 30 con un bombazo de JL Fernández que rozó el travesaño y con una jugada de este último que terminó en un disparo de Gabriel Hauche, que no fue gol de milagro.
En el complemento arrancó mejor Quilmes ante un estático Racing y por eso tuvo a los 5 el gol: cayó un centro pasado, salió mal Jorge De Olivera y el balón le quedó a Garnier, que le pegó con alma y vida pero esta vez sí encontró una buena respuesta del arquero.
Gio Moreno no aparecía en el local y el Pato Toranzo estaba muy impreciso. Por eso, el que se hizo cargo de las avanzadas fue el electrizante Fernández. A los 12, el pibe le quitó un balón a Garnier y le puso la pelota en la cabeza a Hauche, que erró un gol increíble. El Cervecero contestó con una buena pelota en profundidad del roquense Miguel Caneo y un disparo esquinado de JJ Morales que contuvo bien De Olivera.
A los 24, el Cilindro, hasta ahí escenario de una lluvia de agua y aliento, enmudeció cuando tomó la pelota Caneo, combinó bárbaro con Morales y habilitó a Francisco Cerro, para el 1-0.
La locura regresó al templo racinguista 90 segundos más tarde, cuando Hauche se tranquilizó y señaló la igualdad. Racing fue por el triunfo y lo tuvo el mismo Hauche, y Lugüercio, que definió bárbaro picando un balón que caprichosamente dio en el palo. Cerro respondió dos minutos después y casi paraliza los corazones. Al final, hubo justo reparto.