(Especial, por Luis Amaolo).- Las ilusiones y sueños mundialistas de las neuquinas Victoria Rodríguez López y Maira Arias; y de la juvenil cipoleña Abigail Chiriotti comenzaron a tomar forma ayer, al desembarcar -junto al resto del equipo nacional de patín carrera-, en la ciudad de Guarne, sede del campeonato Mundial de la especialidad. Desde del próximo jueves 21 al sábado 30, el planeta patín tendrá su epicentro en esa ciudad colombiana, ubicada a unos 25 minutos de la populosa Medellín, en medio de la selva y a casi 2.500 metros de altura, todo una novedad para la disciplina a nivel ecuménico.
Los 19 días que aún restan para salir a escena, serán vitales para adaptarse a la altura y al calor de la región, principales preocupaciones del experimentado coach marplatense Carlos Lugea y de su ayudante técnica, la histórica neuquina Rosana Sastre.
Según la programación, el 21 quedará oficialmente inaugurado el certamen con la presentación de las delegaciones y un día más tarde, arrancará la actividad en la pista.
Entre las chicas regionales, las máximas esperanzas están puestas en lo que pueda generar Rodríguez López, quien ya nos acostumbró -desde Corea 2006 en su debut mundial- a cosechar medallas de plata y bronce en cada cita. Esta vez va por el oro, pese a lo complejo que será el compromiso: no solo deberá destronar al poderoso dueto colombiano, sino que deberá adaptarse a la altura, un rival al que no está acostumbrada. Será todo un desafío para la velocista de Alta Barda, que afrontará su quinto mundial consecutivo.
Maira, en tanto, sumará su séptima experiencia mundialista (entre juveniles y mayores) y pese a que jamás trepó al podio, es una obrera sobre ruedas, que jamás baja del top ten en sus estadísticas. Esta vez le tocó la más compleja: será fondista junto a la marplatense Melisa Bonnet.
Lo de Abigail es toda una incógnita. Fue la mejor juvenil a lo largo del año en competencia de largo aliento y puede ser una sorpresa en su debut en la división júniors. De todas maneras, con sólo 16 años, debería aprovechar la oportunidad de estar presente en un Mundial, sumar experiencia y observar a los grandes de verdad con vistas a un futuro que aparece, a priori, como muy auspicioso.