Argentina pasó otra prueba de fuego en el Mundial de Italia. Tenía que demostrar que el buen nivel del debut había sido una casualidad y repitió excelentes momentos ante México. Le ganó 3-1, en Reggio Calabria, y logró el pasaporte a la segunda fase desde el grupo D.
El sexteto de Javier Weber festejó con estos parciales: 25-12 (21´), 25-19 (25), 17-25 (26) y 25-15 (23). El recpetor-punta Facunto Conte, autor de 23 puntos, fue otra vez la figura del equipo albiceleste. Hoy, desde las 16, el equipo criollo buscará el primer puesto de la zona, ante el campeón olímpico, Estados Unidos.
Argentina volvió a apostar a un diseño de juego agresivo, con presión en el servicio y variedad en las opciones de ataque, ante un rival aguerrido que había estado cerca del golpe ante los estadounidenses (2-3).
Con ventaja a cuestas, el equipo modelado por Weber se liberó, jugó con soltura y quebró a los aztecas para cerrar el primer set en forma abultada (25-12).
México no tuvo capacidad de reacción. No pudo controlar los saques argentinos, su gestación de juego fue defectuosa y en consecuencia los movimientos de ataque fueron sucios o lentos.
El seleccionado albiceleste, con consistencia colectiva, marchó sin sobresaltos en ese contexto y clausuró el parcial por 25-19.
La diferencia era tan amplia que Argentina se relajó demasiado: perdió concentración, la línea de juego y los tiempos de bloqueo y ataque. Así, en el tercero, México puso un 8-0 que obligó al DT argentino a cambiar piezas para tratar de ordenar a su equipo.
Si bien Argentina se recompuso hacia el final del set, a esa altura la brecha era indescontable. México se llevó el set por 25-17.
En el cuarto, con el elenco titular, Argentina recuperó el juego del inicio con presencia en el saque y en el centro de la cancha, en especial a través de Sebastián Solé. Y esto fue suficiente para volver a marcar diferencias y cerrar una victoria que le aseguró una plaza en la segunda fase.