CIPOLLETTI (AC).- Si bien Cipolletti (6) aún no ha logrado tener un juego vistoso, los resultados lo empiezan a respaldar. Tras un primer tiempo flojo, mejoró en el complemento y derrotó 2-0 a Rivadavia de Lincoln (2). Esto le permite ser único escolta y tener un buen colchón de puntos para encarar los dos partidos que se le vienen fuera de casa (ver aparte).
Lo destacado volvió a estar en un buen trabajo defensivo que impidió que el rival le creara situaciones de peligro y en la efectividad goleadora de Ezequiel Petti que mostró ante su público que es un delantero de área "definidor".
En el debe todavía queda la falta de generación de fútbol y la protesta desmedida que le significaron demasiadas tarjetas amarillas.
Al equipo de Yorno le costó mucho entrar en juego. La primera parte fue muy deslucida porque el local no lograba generar situaciones claras y los bonaerenses estaban parados a la expectativa de algún error del rival.
El partido no entrega más emociones que un par disparos de larga distancia que siempre encontraron bien parado al arquero Raúl Ruiz.
El público reaccionó recién pasada la media hora cuando una seguidilla de errores arbitrales encendieron la euforia.
Hubo un claro penal sobre Petti (lo agarraron de la camiseta) que el árbitro ignoró, como el tiro de esquina que derivó de esa misma jugada.
Las protestas de los jugadores cipoleños les costaron varias amarillas y el público comenzó a calentar el partido.
Lo mejor de Cipolletti se vio en el complemento aunque hubo que esperar varios minutos. Yorno mandó a la cancha a Gerardo Solana y Marcos Carrasco, y el equipo salió al segundo tiempo invirtiendo sus volantes. "Manolo" Berra arrancó por la izquierda, Fernando Inda por la derecha, casi de "4" y el "Chiqui" parado unos metros más adelante.
La mejora coincidió con la salida por lesión del "Máquina" Cid. Recién ahí el DT se decidió por una línea de tres en el fondo (entró el "Negro" Muñoz), los carrileros volvieron a sus posiciones naturales y Solana jugó más suelto.
Larenas dio el primer aviso con un fuerte remate que dio en el palo y salió.
Sobre los 23 el árbitro cobró penal por una mano tras un centro de Berra que Bruno Weisser canjeó por gol.
Fue el quiebre del partido porque Cipo empezó a manejar mucho más la pelota y Rivadavia, que terminó con diez por la expulsión Manzoco por doble amarilla, se desinfló.
A la media hora Petti le dio el golpe de gracia al bajar con gran categoría un centro desde la izquierda de Inda y definir de zurda abajo para el 2-0.
El cierre del partido llegaba sin sobresaltos pero la alegría por el segundo triunfo consecutivo no pudo ser completa por la expulsión de Larenas en el final.