KAYSERI, Turquía (Mario Sotosca, especial par Río Negro).- Turquía es un país musulmán. Aunque se ven muchas mujeres con pañuelos en la cabeza también hay otras que no los usan. Lo mismo pasa con las prohibiciones que impone el corán en el mes del Ramadán, como no comer ni beber entre la salida y la puesta del sol. Un taxista dio una explicación muy argentina: "los socialistas somos musulmanes pero tenemos permiso". Con respecto a la religión, las porristas que participan del espectáculo en esta sede no son turcas. El comité organizador prefirió contratar a un grupo de bellas señoritas lituanas.
Maldito horario. Las siete horas de diferencia entre la Argentina y Turquía se hacen sentir en quienes cubren el Mundial. Acostarse tarde, a las dos de la mañana turca, significa hacerlo a las 19 de nuestro país. Por eso, el desayuno nos encuentra con mucho sueño ya que a las diez del país mitad asiático y mitad europeo, son las 3 de la mañana.
Apoyo asiático. Jordania fue local en la apertura del Mundial. Se notó cuando terminó el encuentro y las tribunas se despoblaron. En el segundo juego, Angola-Serbia, fue menor la cantidad de público aunque comenzaron a aparecer banderas de Argentina y Alemania en cantidad superior.