La honestidad brutal de Julio Grondona no hizo más que abrir un fuerte debate en los diferentes rincones del país. "Los clubes del interior no existen", se le escuchó espetar al mandamás, harto del reclamo de los clubes del Argentino A por los escasísimos aportes que reciben mes a mes. Ahora bien, el único argumento del dirigente para explicar la enorme brecha que existe entre los 23 mil pesos que reciben las entidades del Argentino A y los 120 mil que embolsan los de la B Metropolitana fue que un torneo tiene más jerarquía que el otro.
Sus palabras literales fueron: "A la Primera B Metropolitana y al Argentino A no se los puede comparar. Los jugadores de la B Metropolitana son profesionales y los del Argentino, semiprofesional". ¿Son incomparables? ¿Un campeonato tiene mucha más jerarquía que el otro?
En la competencia las cosas no parecen ser tan así y las frías estadísticas echan luz al respecto. Los dos torneos clasifican a un campeón directamente a la B Nacional y otros dos ascensos se deciden por promoción. En la temporada 2010/2011 de la segunda categoría del fútbol argentino jugarán 20 equipos y sólo seis son de la provincia de Buenos Aires, con la salvedad de que Aldosivi de Mar del Plata subió en el 2005 desde el Argentino A, porque depende del Consejo Federal. En los últimos diez años se jugaron 16 torneos (la modalidad Apertura/Clausura se inició en la temporada 02/03) y doce vueltas olímpicas correspondieron a equipos que disputan torneos federales. En el mismo período de tiempo hubo 32 descensos del segundo al tercer escalón del fútbol nacional, y 22 de esos regresos fueron a la B Metropolitana.
Lo cierto es que el análisis debe ser en general y no en particular porque, como siempre se jacta Grondona, las federaciones (la AFA en su caso) las componen los clubes.
Bajo el mando de Don Julio se creó el Consejo Federal con la idea de instalar un "filtro" entre las ligas y las entidades del interior, y el máximo organismo. Es decir, los clubes fuera de Buenos Aires no están afiliados directamente a AFA, lo que termina generando esa diferencia de "jerarquía" que en la práctica no parece ser tal.
Cristian Martínez, el ex defensor de Cipolletti, pudo comprobar las dos experiencias porque hace un par de años vistió la camiseta de Sarmiento de Junín. "La única diferencia a favor de la B Metropolitana es que todos los jugadores tienen contratos, con obra social, aportes jubilatorios. Eso les da un respaldo a ellos y a los dirigentes. En el resto de las cosas, el Argentino A es superior".
-¿A qué te referís?
-Las canchas, salvo pocas, están en excelentes condiciones, con césped y buenos accesos. En cuanto a lo económico, si bien la Metropolitana tiene el aporte de la tevé, en el Argentino A los sueldos están al mismo nivel, ya que se tienta con buen dinero a los jugadores para que salgan de Buenos Aires. Hay algunos que llegan a cobrar 10 o 15 mil pesos.
-¿La diferencia está en el "profesionalismo"?
-No creo. Si bien en el Argentino A no hay contratos, los jugadores no sufren con las deudas porque los dirigentes, salvo unos pocos, son serios. En la Metropolitana se complica para cobrar. Además no se puede comparar el nivel de gente. Que un club de Buenos Aires tenga un promedio de 2000, 2.500 personas como ocurre con Cipolletti, es impensado. En el Argentino A vas a jugar a Córdoba y está lleno, vas a San Juan, a las provincias del Norte, y siempre lleno.
Justamente los viajes son el gran karma de las dirigencias del interior del país. En la B Metropolitana las distancias son ínfimas. El trayecto más largo a recorrer son los alrededor de 150 kilómetros de Jáuregui (casa de Flandria) a Junín (Sarmiento). La distancia más corta que deberá transitar Cipolletti en la primera ronda del próximo torneo son 550 kilómetros hasta Bahía Blanca y la más larga, 1.200 a Mar del Plata.
Las instituciones de Buenos Aires están más cerca del poder, y de eso no hay dudas. En Chacarita manda el poderoso sindicalista Luis Barrionuevo, en Quilmes nada menos que Aníbal Fernández y Deportivo Armenio, de la B Metropolitana, está íntimamente ligado a Grondona. Los directivos del Argentino A intentaron ponerse en pie de guerra, pero ante la amenaza de que los iban a echar del torneo debieron deponer las "armas" y aceptar los 23 mil pesos, menos del 20 % de lo que reciben los bonaerenses. Como dice Julio Arriaga, sabían cuáles eran las reglas de este juego de las diferencias (pág. 9).
Diferencias que se hacen una brecha eterna cuando se mira más hacia arriba. En primera división sólo cuatro de los 20 equipos que jugarán este torneo son del interior, y sólo Newell´s y Central lograron salir campeones en 79 años de fútbol profesional.
Es más, en la última década el sistema del descenso y la falta de presupuesto se han encargado de descender a todos los clubes del interior de una temporada a la otra, salvo honrosas excepciones como la de Newell´s, Colón y Godoy Cruz.
