Decenas de heridos y destrozos en el estadio Gigante de Arroyito, es el saldo de disturbios ocurridos tras el descenso de Rosario Central a la Primera B Nacional.
La barra brava de club rosarino, que ocupaba una de las cabeceras, protagonizó una incesante agresión contra la policía en la zona lindera a los vestuarios. Los efectivos dispararon balas de goma y gases lacrimógenos contra los violentos.
Otro grupo de hinchas destrozó el palco oficial de la platea y lanzó como proyectiles contra la policía butacas y pedazos de mampostería.
Otros violentos avanzaron contra la platea contraria, donde se encuentran las cabinas de transmisión, y agredió a la policía ubicada en ese lugar con caños arrancados de los paraavalanchas. El sector de comidas rápidas también fue destruido por la intolerancia de algunos hinchas.
"Hay varios heridos pero ninguno de gravedad", confirmó el comisario Hernán Brez, uno de los encargados de un operativo compuesto por mil agentes.