Cuando abajo de los pies predomina el rojo, no hay otro rey que Rafael Nadal. El español ganó ayer el Másters 1000 de Madrid y se tomó revancha con el suizo Roger Federer, el mejor de todos los tiempos en el planeta tenis, para convertirse en el gran favorito para Roland Garros, el segundo Grand Slam del año y donde podría coronarse por quinta vez.
"Ganar aquí en casa es un sueño", dijo Nadal, desde hoy nuevamente número dos del mundo, tras imponerse por 6-4 y 7-6 (5) y quedarse por segunda vez el torneo más importante de su país. Así cerró la herida abierta desde hacía un año, cuando perdió con el suizo.
Además de lograr su décimo cuarto triunfo en 21 partidos ante Federer, Nadal protagonizó dos hitos.
El primero: nunca antes desde la creación del ATP Tour en 1990 un jugador había ganado los tres grandes torneos en arcilla previos a Roland Garros (Montecarlo, Roma y Madrid).
El segundo: con 18 Masters 1000 conquistados, Nadal quebró el récord de 17 que compartía con el estadounidense Andre Agassi.
Suma además 28 títulos en arcilla e iguala a dos históricos como Ivan Lendl e Illie Nastase. Si todo sigue así, en menos de cinco años podría superar los 45 de nuestro Guillermo Vilas, dueño del récord absoluto.
"Ni en mis mejores sueños me hubiera imaginado ganar los tres grandes sobre tierra", dijo el español de 23 años, invicto en la temporada sobre arcilla con 15 victorias consecutivas.
La "Caja Mágica", un espectacular escenario con techo retráctil en las afueras de Madrid, esperaba expectante la final de ayer, que se jugó simultáneamente con la definición de la Liga española de fútbol conquistada una vez más por el Barcelona en detrimento del Real Madrid. La única tristeza para el Mallorquín, reconocido fanático del equipo Albo. Es la primera vez que Nadal gana en la capital española desde que el torneo cambió hace dos años de sede y pasó a la "Caja Mágica" y celebrarse en tierra batida. Nadal consiguió el título en 2005 pero entonces se disputaba en pista rápida.
Ahora, el nacido en Mallorca, podría destronar a Federer del ranking si logra ganar por quinta vez en París y el suizo no llega a semifinales.
Nadal fue respetuoso en el s,aludo final a su gran rival, pero luego se permitió dejarse llevar por la euforia, de espaldas con su camiseta azul sobre la arcilla y gritando feliz con los ojos cerrados y los puños apretados.