El Gato demostró que todavía le quedan vidas. A los 31 años, Gastón Gaudio volvió a levantar un trofeo de campeón en un torneo del circuito profesional de tenis y sueña con estar otra vez en Roland Garros, el lugar donde desplegó toda su categoría, donde consiguió la gloria y entró en la historia.
Ayer, en un duelo entre argentinos, Gaudio se quedó con el Challenger de San Remo al vencer en la final a Martín Vassallo Argüello, por 7-5 y 6-0. Después de una hora y 35 minutos de juego, el nacido en Temperley volvió a sonreír en una cancha, se amigó consigo mismo y con su juego.
Frente a Vasallo Argüello, jugó en buen nivel, especialmente en el segundo set cuando ganó por un contundente 6-0.
"Este título me da mucha fuerza para seguir luchando por mi gran objetivo, que es jugar Roland Garros sin tener que atravesar la clasificación", remarcó.
El campeón en la arcilla parisina en 2004, se ubica actualmente en el puesto 277 del mundo y todo indica que ahora llegará al 210. La próxima cita será en Zagreb, para continuar sumando.
Para estar en San Remo debió recibir una invitación especial de parte de los organizadores y por ese motivo, Gaudio se mostró muy agradecido con los organizadores durante la entrega de premios.
"Si los organizadores no me hubiesen invitado, no podría haber ganado el torneo", dijo el argentino, quien expresó toda su felicidad por ganar el certamen.
Hasta su ocasional adversario se alegró de lo ocurrido ayer: "Me dio mucho placer ver a Gastón jugar de nuevo así de bien. Siempre fui su fan y le auguro la vuelta al más alto nivel", dijo Vassallo Argüello.
El Gato volvió a ser protagonista de una final después de ocho meses, ya que había perdido en el Challenger de Buenos Aires, frente al marplatense Horacio Zeballos. La última victoria data de abril del 2009, cuando se impuso en el torneo de Túnez.
Después de un año sabático, Gaudio reconoció antes de esta conquista en San Remo que "decidí volver, pero la verdad es que me está costando, y eso me decepciona mucho, me tira para abajo".
Y siempre se cruzan en sus pensamientos los fantasmas y contradicciones, cuando sostiene que "muchas veces juego contra dos, cuando me tiro en contra o me critico o no me tolero ningún error. Cuando gané Roland Garros estaba de amigo con Gaudio".
"Cada semana que pasa digo ´un poco más´. Hasta que llegue el día en que no lo disfrute para nada y ahí, chau", explicó.
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