Se fueron los primeros noventa minutos de la semifinal y Cipolletti vivió una tarde casi perfecta, porque venció a Patronato por 3-1 y viajó al litoral del país sabiendo que ahora su rival deberá hacer el desgaste. El cotejo, vibrante, intenso y jugado con las energías a pleno, de definió en un segundo tiempo que tuvo de todo, digno de una partido determinante.
El negocio fue del Albinegro, porque sacó una diferencia de dos tantos y porque al equipo entrerriano se lo vio exhausto por la seguidilla de partidos. La historia continuará el miércoles en Paraná, en un estadio donde el 31 de mayo de 2009 Cipolletti vivió una pasadilla y se volvió de allí con una goleada por 4-1. Ese día se le apagó otra ilusión de ascenso. Ahora, el equipo de ´Mingo´ Perilli tiene la chance de tomarse una linda revancha.
Si bien se sabía que Patronato iba a plantar un esquema poco ambicioso, el técnico Marcelo Fuentes sorprendió dejando en el banco de suplentes a Diego Jara, la gran pesadilla del Albinegro aquel 31 de mayo. En un medio superpoblado, con piernas de sobra e ideas confusas, los primeros instantes fueron para ver quién metía más. Con el correr del minutero se soltó Manuel Berra, el doble ´5´ Marcos Carrasco-Leonardo Larenas se hizo dueño de las segundas pelotas y Hugo Prieto, con insistencia pero impreciso, inquietaba al fondo rival.
La visita apostaba a los pelotazos y el juego aereo de Edgardo Brittes, bien neutralizado por Roberto Muñoz y un Cristian Martínez que jugó un partido para enmarcar. Las situaciones en el primer tiempo fueron escasísimas, porque Patronato se enamoró del empate y Cipolletti tenía el balón pero no sabía qué destino darle. La única clara la tuvo Carucha Carrasco, con un cabezazo que hizo activar los reflejos de Bertoli. El volante jugó un partidazo, pero vio la quinta amarilla y se queda afuera de la vuelta.
El complemento Cipolletti comenzó a hacer el gran negocio cuando apenas iban 4 minutos, porque en una contra Porra metió la pelota en el área, Padua la fue a buscar y Maximiliano Stevenot le cobró un penal a Pano que no fue. Martínez lo ejecutó con justeza y La Visera explotó como en épocas doradas, con 9 mil gargantas delirando al unísono.
Patronato acusó el impacto, Fuentes se fue expulsado por un raro incidente y luego de insultar al árbitro, y Cipolletti lo aprovechó para pegar otro golpe. Fue a los 13 cuando Porra, que a esa altura había levantado el nivel, lanzó un tiro libre teledirigido y Carrasco surgió fantasmal por atrás para sellar el 2-0. A esa altura el local mostraba empuje e intenciones de jugar, mientras que su rival cargaba la pesada mochila del cansancio y la desventaja.
Pero como en el fútbol nada esta dicho, La Visera se silencio sobre los 34, porque César Medina perdió la marca en una pelota larga y el pase para atrás fue capitalizado por Brittes, que no falló. Ese tanto era para la visita un bálsamo, pero Cipolletti no se conformó y el merecido premio le llegó en la mejor combinación del partido, y quizá el mejor gol del Albinegro en la campaña: la tocaron Berra, Carrasco, Carou, Larenas, y la definió Germán Alecha. Explosión generalizada y final con ovación. El sueño está intacto.