Habían ganando Estudiantes y Argentinos y por eso Independiente necesitaba sumar de a tres para continuar prendido en la lucha por el título. Pero Boca jugó el clásico con inteligencia, enmudeció el Libertadores de América y obtuvo un poco de respiro en su infierno propio. Por ese 2-3, el equipo de Gallego quedó a cinco del Pincha, con seis puntos en juego, y se despidió de la vuelta olímpica.
Pompei diagramó un esquema a medida y el triunfo de Boca puede justificarse por lo hecho en la primera parte. El acierto del Tito fue conseguir que JR Riquelme y Nicolás Gaitán le ganen las espaldas a los volantes del Rojo. Lo mejor del Xeneize se vio en los 45 iniciales, porque en el complemento el desgaste fue del local.
La primera chance de gol estuvo en los pies de un Martín Palermo que minutos después engrosaría su estadística insólita al convertir un tanto con la nuca. La respuesta a los 9 fue con un centro al corazón del área que no alcanzó a conectar Silvera, le quedó a Piatti y el disparo del ex Gimnasia tenía destino de gol cuando fue interceptado por un defensor. El trámite era disputado y adrenalítico y Boca tenía mejor trato de balón, pero sobre los 28 el Rojo armó una contra que acabó con un disparo de Núñez que besó el palo.
60 segundos después estalló el ´infierno´. Mareque tomó el balón en posición de ´7´, desparramó a Morel Rodríguez y cedió para la entrada goleadora de Piatti. Pero esa alegría se esfumó a los 32 cuando Monzón descerrajó un fuerte zurdazo que terminó en la red. Y la tristeza bajó a los 38: corner para Boca, mal rechazo de Silvera, peor salida de Gabbarini y gol con la nuca del Titán.
El ST fue pura lógica: Independiente al ataque, con pocas ideas, y Boca parado de contra. Javier García le ahogó el grito al Gordo Núñez a los 6, Monzón contestó a los 17 con un derechazo al caño y sobre los 42 el recién ingresado Pablo Mouche hizo una genialidad y una estupidez: primero, dibujó un slalom de derecha a izquierda estilo Messi y la clavó en un ángulo; pero corrió desaforado, se lo dedicó a la platea local y vio la roja. Cinco después Núñez descontó de penal, pero ya era tarde.