El "Niño Maravilla" había afirmado que no le preocupaba la mala racha con la que comenzó el 2010. Aseguró que confiaba en que Red Bull iba a trabajar en la confiabilidad de su auto para revertir esos inconvenientes que lo había marginado de ganar en Bahrein y Australia. El alemán Sebastián Vettel no es de esos pilotos que se rindan fácilmente y lo demostró en Malasia, donde por fin consiguió el triunfo.
El triunfo lo empezó a edificar en la largada. Vettel había clasificado tercero, pero en la movida se colocó en la punta. Dejó atrás a su compañero y dueño de la "pole", el australiano Mark Webber, y a su compatriota Nico Rosberg, con uno de los Mercedes. Ninguno de los dos pudo darle caza y, finalmente, lo escoltaron el podio.
No fue un buen domingo para el español Fernando Alonso, quien había llegado con su Ferrari como líder a la tercera prueba del Mundial.
Después de una gran remontada, porque había largado 19, perdió dos puntos a poco del final cuando se le rompió el motor durante la lucha por le octavo lugar con el inglés Jenson Button, con McLaren.
Con este abandono, Alonso vio abortada su última arremetida, que le llevó a recortar más de un segundo por vuelta con sus rivales después de que el equipo optó por poner neumáticos blan-dos en la única parada que hicieron.
Sin Alonso en los puntos, el brasileño Felipe Massa se convirtió en el nuevo puntero del Mundial, después de terminar séptimo con su Ferrari. Tiene dos puntos de ventaja sobre Alonso y Vettel.
Como era de prever, la prueba ofreció grandes remontadas después de los errores de Ferrari y McLaren en la clasificación.
Tal fue el caso del inglés Lewis Hamilton, quien con uno de los autos del equipo inglés finalizó sexto después de largar 20.
Otro que tampoco vio la bandera de cuadros fue el alemán Michael Schumacher, quien abandonó cuando había completado la novena vuelta por problemas de suspensión en su Mercedes.