Después de 20 años, Rosario Central logró ganar en La Bombonera, aprovechandose del peor Boca de los últimos 20 años. Fue 2-1, en un partido mal jugado. Para Leonardo Madelón fue el mejor de los regresos al banco de Central, tras suceder a Cuffaro Russo al comienzo de la semana.
Boca fue confuso y desordenado. Intentó asegurar la pelota, pero fue lento. Riquelme recibió siempre incómodo, otros jugadores, como Ezequiel Muñoz o Luciano Monzón, directamente se sacaban la pelota de encima. Por eso su única fórmula fueron los centros aéreos.
Central propuso un 4-4-2, con un mediocampo muy combativo. Empezó cediendo mucho terreno pero fue ganando en confianza con el correr de los minutos. A los 43, Gervasio Núñez ejecutó un corner desde la izquierda, Guillermo Burdisso le ganó fácil en lo alto a Muñoz y, en el caminó, De León, completamente libre, desvió el balón para establecer el 1-0 parcial.
Durante casi todo el segundo período, Boca fue protagonista casi excluyente ante un Central que retrocedió y aguantó como pudo. Riquelme, estacionado sobre la izquierda, fue el gestor de las mejores acciones de su equipo. Sobre el cuarto de hora, un muy buen remate del número 10 produjo un rechazo de Galíndez que aprovechó Gaitán para empatar. Sin claridad, Boca pudo haber aumentado, pero falló.
Central prácticamente no se había acercado al arco de García cuando a los 40, Furchi, que venía cometiendo errores, interpretó como intencional una mano de Chávez que no pareció tal. Ejecutó el tiro libre Diego Chitzoff desde la izquierda, Monzón rechazó mal, García dudó primero y después salió a destiempo y, tras una asistencia de cabeza de Burdisso, Caraglio, con otro cabezazo, convirtió el gol que definió el partido. Enseguida se fue expulsado Riquelme por exceso verbal.
En el camino hacia el túnel, los hinchas explotaron y le dedicaron los peores insultos al técnico ya todos los jugadores, porque ayer no se salvó nadie de la bronca.