Que uno viene peor que el otro. Que Boca perdía, Alves se iba. Que si River ganaba, salvaba el año. Que la interna xeneize y la inexperiencia Millonaria. Al final, ninguno se salvó: el agua los tapó a los dos. Es que tanta agua cayó sobre el césped de la Bombonera que apenas se pudieron jugar nueve minutos del Superclásico, los que necesitó el árbitro Héctor Baldassi para darse cuenta de que no se podía jugar.
¿Qué pasará con el resto del partido? anoche a última hora, la AFA decidó que se juegue el jueves en horario aún por confirmar. El vicepresidente tercero de Boca, Juan Carlos Crespi, había anunciado que el partido se iba a completar el miércoles a las 17, pero desde la misma Bombonera, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, destacó lo poco conveniente de jugar ese día, 24 de marzo, cuando se conmemora el Día de la Memoria, al cumplirse 36 años del último golpe militar.
Baldassi, quien llegó a las 13:20 a la cancha, y recorrió el campo tempranamente, cuando una lluvia pareja caía sobre Buenos Aires, contó luego que "no entré a la cancha pensando en suspender el partido. Una cosa es pisar la cancha antes de comenzar y otra cuando se empieza a jugar el partido y uno ve cómo está realmente" y aclaró: "Lo suspendí yo. Hablé con los capitanes pero yo tomé la decisión".
"La pelota no corría y el terreno se tornó peligroso para la integridad física de los jugadores. Yo sé que es un partido trascendente, que viene mucha gente del Interior del país a verlo, pero no se podía jugar en estas condiciones. Y que quede claro, la decisión corre pura y exclusivamente por mi responsabilidad. Total si lo hubiese dejado seguir, me hubiesen criticado también por eso", cerró el árbitro argentino del próximo Mundial.