San Lorenzo cortó una sequía goleadora de 508 minutos con el tanto que convirtió Emiliano Alfaro en el triunfo, de local, sobre Tigre por 1 a 0.
La conquista del uruguayo (la primera suya con la azulgrana y la segunda de su equipo en el campeonato) no sólo le dio oxígeno al cuestionado técnico Diego Simeone, sino que además derivó en el primer triunfo de local.
De hecho, San Lorenzo volvió a la victoria luego de cinco fechas, ya que la única la había conseguido en la jornada inicial ante Atlético, en Tucumán (1-0), con un gol de Fabián Bordagaray.
Lejos estuvo de ser buena la producción del equipo de Diego Simeone. Tropezó con su propia falta de ideas y su anemia ofensiva, pero el ingreso de Sebastián González en el segundo tiempo le dio una inyección de vitalidad y después, cuando entró Fabián Bordagaray, encontró una llegada clara como para conseguir el gol que necesitaba.
Lo de Tigre fue menos que pobre porque se limitó a esperar lo que hiciera el rival y se sostuvo en el trabajo de sus defensores, no compartió nunca la posesión del balón y mucho menos halló posibilidades de pasar al ataque.
San Lorenzo tuvo la pelota durante prácticamente todo el primer tiempo, pero no produjo ninguna acción asociada, ya que en ningún momento apareció Leandro Romagnoli.
Las insinuaciones de Pablo Pintos por la derecha no encontraron continuación y el equipo local se repitió en pelotazos frontales al área rival. Tigre directamente ni se acercó al área de San Lorenzo.
En el segundo tiempo, San Lorenzo mejoró a partir del ingreso de Sebastián González, que le dio mayor movilidad, tuvo la precisión que no había tenido Romagnoli y se asoció con el Kily González.
Las chances de gol se sucedían en el área de Tigre, pero Alfaro no encontraba el camino al gol. Hasta que llegó el minuto 37: Bordagaray, recién ingresado, le ganó a Rodolfo Arruabarrena, tocó corto hacia Alfaro y el remate bajo del uruguayo superó la resistencia de Islas.