Hoy comienza el Abierto de Auckland, en Nueva Zelanda, y allí se producirá la vuelta oficial de David Nalbandian al circuito ATP. Con el cordobés otra vez en las canchas, el sueño argentino de ganar por primera vez una Copa Davis, se corporiza.
Junto a Juan Martín Del Potro forman una pareja que puede hacerlo realidad.
Nalbandian es talento y estirpe copera, con la capacidad para ganarle al mejor en cualquier superficie. Además, está en el momento de la madurez como jugador, por eso si físicamente no hay secuelas de su lesión en la cadera, todo puede ser.
Luego se tendrán que juntar los planetas para, con el tandilense, coincidir en un buen nivel en los mismos fines de semana y así ir por la codiciada "ensaladera".
Pero el presente del Rey David, ubicado en el puesto 64 del ranking mundial, hoy está en el torneo neocelandés. El primer compromiso, será ante el alemán Phillip Kohlschreiber, quinto preclasificado del torneo y en caso de superar el duro escollo, se medirá con el vencedor del match que sostendrán el brasileño Thomaz Belluci y el italiano Marco Chiudinelli.
Está será la verdadera prueba para su renovada cadera, más allá de que hasta ahora no parece haber sentido molestia alguna en los entrenamientos y partidos de preparación que disputó.
El tenista de Unquillo compitió oficialmente por última vez a comienzos de mayo del 2009 en el Abierto de Estoril, en Portugal, y el 13 de ese mes, en la clínica Cima de Barcelona, se sometió a una operación de cadera, por una lesión que lo perseguía desde tiempo atrás. Los médicos hablaron de una intervención exitosa, aunque siempre ronda el fantasma de tenistas que fueron operados y nunca volvieron a ser los mismos -el brasileño Guga Kuerten es un ejemplo-.
Después de una buena recuperación y una aceptable puesta a punto física, Nalbandian retomó la actividad en diciembre pasado y participó de dos exhibiciones: ganó tanto en San Juan como en Buenos Aires. Todo indica que no hay secuelas de la lesión.
Los números finales de ese ajetreado 2009 señalaron que Nalbandian jugó 9 torneos, ganó uno (Sydney, donde se impuso en la final al finlandés Jarkko Nieminen), logró 14 victorias, sufrió 7 derrotas, y luego sin jugar descendió al lugar 64 (a comienzos de noviembre llegó a ocupar la posición 69) del ranking de la ATP, lo que representó su peor posición desde setiembre de 2001.
Si el cuerpo lo acompaña, David puede volver a los primeros planos, porque ya dejó en claro a lo largo de su carrera que el juego y la cabeza para codearse con los del Olimpo, los tiene.