"Dos carreras, dos medallas. Ciento por ciento de efectividad. ¿Qué más se le puede pedir?" Así arrancaba la crónica de este diario para evaluar la actuación de la neuquina Victoria Rodríguez López en el Mundial de patín carrera en Haining.
La representante de Alta Barda se trajo dos medallas de bronce en su primera experiencia entre las mayores y ratificó que es una de las mejores velocistas del mundo, un mote que arrastra desde su paso por las juveniles, donde también logró podios.
Los terceros puestos de los 200 contrarreloj y en los 500 metros, en la modalidad ruta, dejaron en claro que Rodríguez López tiene proyección, que puede dar más.
En esta ocasión llegó a China lesionada y por eso dejó pasar las carreras en pista para buscar la consagración en la ruta, superficie donde nuestras patinadoras mejor se mueven. Con tratamientos de acupuntura mediante y su tremenda entrega y calidad, Victoria superó largamente el objetivo que perseguía en este debut con las mayores. La pretensión era estar entre las diez mejores y terminó tercera.
En China hubo récord de países participantes y si bien Argentina se mantiene en un segundo pelotón -finalizó octava en el medallero, con cuatro preseas-, lejos está de ser la potencia de otros años.
El deterioro de la disciplina sigue en aumento y no se logra revertir la situación. A lo largo de los años salvaron la ropa Nora Vega, Rosana Sastre, Andrea González, Ailin Kogan, Natalia Artero, Melisa Bonet...
En ese marco, Rodríguez López, trepada al podio, consiguió un nuevo hecho histórico para el deporte neuquino.