Esta edición del Mundial de rally tuvo una apasionante definición pero el mismo ganador, el francés Sebastien Loeb, quien consiguió el sexto título consecutivo a bordo del Citroen C4 más allá de que el finlandés Mikko Hirvonen le planteó lucha hasta el final.
El comienzo de Loeb fue demoledor. Ganó en Irlanda, Noruega, Chipre, Portugal y Argentina.Su consagración aparecía como un simple trámite.
Error. Hirvonen aprovechó al máximo el rendimiento de su Ford y con cuatro triunfos seguidos en Grecia, Polonia, Finlandia y Australia, más algunos errores de Loeb, llegó a las últimas dos pruebas con cinco puntos de ventaja.
Bajo presión, el campeón volvió a mostrar lo mejor. Ganó en Cataluña, llegó a Gran Bretaña a un punto de Hirvonen y otro éxito, el séptimo en 12 pruebas y el 54 en su brillante campaña, le dio nuevamente el título. Uno más. En tierra, asfalto o nieve? Loeb, siempre Loeb.