"Tengo mucha hambre. No negocio el esfuerzo. Dejo todo en cada partido".

Esta declaración de principios pertenece al delantero uruguayo Santiago Silva, quien con 14 goles fue el goleador del torneo Apertura que conquistó Banfield, por primera vez en sus 113 años de historia.

El "Pelado", que a los 29 años atraviesa el mejor momento de su carrera, lucha cada pelota como si fuera la última y asume cada partido como si se tratara de una final.

Los hinchas del flamante campeón y sus compañeros agradecen, ante todo, que este uruguayo nacido en Montevideo en 1980, hijo de cerrajero haya tenido la llave para abrir los arcos rivales para gritar 14 veces "goool".

Con sus 185 centímetros de altura, "El Tanque" Silva, se impone por una mezcla interesante de movilidad, potencia y un espíritu combativo que suele convertirlo en impredecible para los defensores rivales.

Julio Falcioni, su entrenador, lo describe así: "Es hábil, guapo y define bien. Cuando se enfrenta con un arquero, resuelve tranquilo, como si estuviera en un entrenamiento". El colombiano James Rodríguez, de 18 años, es otro de los estandartes campeón y muestra su admiración por el potente delantero uruguayo: "Es el número nueve ideal. El mejor del fútbol argentino, sin dudas".

Tras pasar por Newell´s, Gimnasia La Plata y Vélez, además de haber sido campeón con el Corinthians (Copa de Brasil 2002) y un breve lapso en el fútbol europeo (Alemania y Portugal), el uruguayo exhibió el rendimiento más destacado de su carrera. "Me dieron muchas veces a préstamo, era una aventura viajar y jugar", explica Silva, el "cerrajero" del campeón y máximo artillero del Apertura que los hinchas verdiblancos jamás olvidarán.