En una mano, una gallina; en la otra, un huevo. Así celebró en Malasia su noveno título de campeón del mundo de motociclismo Valentino Rossi, que sigue siendo el mejor pese al empuje de los más jóvenes. "Ha sido una carrera difícil, muy sufrida", dijo el italiano tras ser tercero ayer en el circuito de Sepang por delante de su gran rival, el español Jorge Lorenzo.
Ese puesto le bastó para adjudicarse el título de MotoGP, el séptimo en la máxima categoría, a falta de una carrera. Nada más entrar en la meta se puso una camiseta en la que se leía: "Gallina vieja hace buen caldo". Él era la gallina que había puesto su noveno huevo, otra celebración peculiar para el hombre que por ejemplo celebró el séptimo título con los siete enanitos.
El mensaje es claro. A sus 30 años ha vuelto a superar con su Yamaha a Lorenzo, de 22; al australiano Casey Stoner, ganador hoy de la carrera, con 24; y al español Dani Pedrosa, segundo hoy, con 24.
"Ha sido una temporada bellísima, llena de cambios y alternativas. Ha sido un gran duelo con Lorenzo", dijo Rossi, que como si Malasia fuera un símbolo de toda la temporada, cometió un error de inicio, perdió posiciones, pero al final remontó hasta el tercer puesto. "Tengo 30 años, alguno me había considerado ya bueno para el caldo, pero aún tengo ganas de correr en moto. Pienso que es el momento de hacer aún algo bueno. No me paro aquí", avisó a sus rivales el italiano, que podría firmar un nuevo contrato de dos años con Yamaha.
"Rossi lo ha merecido, él es el campeón", reconoció Lorenzo, compañero del italiano en Yamaha.