Sebastián Vettel logró en el Gran Premio de Japón, que se disputó ayer en la madrugada argentina en Suzuka, su tercer triunfo en el Mundial y, con dos pruebas por delante, redujo a 16 puntos la diferencia con Jenson Button, quien no gana desde junio último. Rubens Barrichello aprovechó poco el bajón de su compañero de equipo.
Todavía hay posibilidades, no para todos en la Fórmula 1, pero si para Button, Barrichello y Vettel. No sólo desde las matemáticas. También desde lo que pasa en pista.
Vettel, de punta a punta, se llevó la victoria en Suzuka y redujo a 16 puntos, con dos pruebas por disputarse, con 20 unidades de máxima, la ventaja que lo separa del líder, quien no puede ganar desde el pasado 7 de junio en Turquía. Agazapado espera el brasileño, quien será local en Interlagos el próximo 18 de octubre, la previa al cierre en Abu Dhabi, en los Emiratos Arabes Unidos.
Dejó pasar su primer match point Button. Si cerraba su participación japonesa con cinco puntos de luz sobre Barrichello, sería campeón. Pero la caótica prueba de clasificación del pasado sábado, donde fue penalizado con cinco puestos de penalización, lo hizo partir desde atrás. Le pasó lo mismo a Barrichello. Y hubo que remar desde muy atrás. Vettel, con la "ole", aprovechó la oportunidad.
Largó en punta y así terminó, en un gran trabajo, más allá del parate por el palo del español Jaime Alguersuari.
En realidad, la lucha fue por el segundo puesto. El germano se disparó con el Red Bull y, de una, le sacó dos segundos de ventaja a Lewis Hamilton, quien gracias al plus extra de su KERS, el polémico sistema de almacenamiento extra de energía que, según reafirmó la Asociación de Equipos de F1, no será utilizado la próxima temporada, se adelantó sobre el italiano Jerno Trulli, aunque luego las cosas volvieron a su lugar.
"Aún puedo lograrlo y las cosas se ven mucho mejor ahora. Es una pena que sólo queden dos pruebas, pero así son las cosas. Todo es posible y puede cambiar rápidamente", aseguró Vettel después de su tercer triunfo en el actual certamen.
Vettel, en realidad, no dejaba de recordar la experiencia de 2007, cuando Hamilton, también a falta de dos pruebas para el cierre, le sacaba 17 puntos de diferencia a Kimi Raikkonen y, al final, el de Ferrari fue campeón.