La Bombonera asistía perpleja a la derrota de Boca ante Godoy Cruz por 3 a 2, y mientras las explicaciones del porqué del mal momento xeneize abundaban en todos los rincones del templo boquense, Alfio Basile se fue raudamente al hotel de la concentración. Después de un tiempo, la "bomba": El Coco renunció.
"Si lo le ganamos a Godoy Cruz marchamos...", había dicho el DT. Atado a esa frase, y en caliente, el DT se refugió en el 7º piso del Emperador y armó el cónclave para hablar sobre su decisión.
Atrás habían quedado los horrores defensivos de Boca en el primer gol de los mendocinos, la polémica por el transitorio 1-1. ¿Entró o no el balón en el arco? ¿Hubo falta de Battaglia sobre Ibáñez?, el fatal minuto 32´ del ST cuando fue expulsado Medel y en la siguiente jugada vino la falta de Morel a Jara, que puso el 2-2 con el penal de Higuaín. Y como frutilla de un postre que cayó muy pesado en La Boca, el gol de Cristian Chávez sobre el final.
Luego del cierre, Basile citó al mánager Carlos Bianchi y a su representante Norberto Cacho Recasens. A la reunión se sumó su hijo y el dirigente Juan Carlos Crespi.
Luego de casi tres horas de reunión, a las 23:15, Bianchi se fue del hotel sin hablar, mientras trascendía que la CD no le había aceptado la renuncia al director técnico que apenas dirigió siete partidos oficiales.
Sin embargo, una actitud sanguínea llevó a Basile a presentar su dimisión. Ese "si no ganamos, marchamos..." lo acosaba, y el Coco, se sabe, es un tipo de códigos..."Vuelve la alegría", dijo cuando asumió. Parece que anoche se terminó la alegría.