Llegó a los 80 años y es una de las leyendas del automovilismo deportivo en Neuquén. Cayetano "Nino" Saladino se mantiene activo, todavía trabaja en el taller y acompaña a su hijo Pablo, en sus incursiones en el TC Neuquino. No pocos propusieron su nombre para que le sea impuesto al nuevo autódromo.
Por eso es materia de consulta ineludible para hablar de la obra que se hizo en Centenario. Saladino estuvo el día que se abrió al público y comentó que "di una vuelta, en el trazado corto, el que va a usar el TC Neuquino. Es muy lindo circuito. La verdad que es un anhelo cumplido, porque se trata de una obra de jerarquía. Tenemos un autódromo de primera línea".
"Nino" es parte importante de la historia automovilística en Neuquén, a partir de su participación en el Turismo Carretera de las "cupecitas" y de una pasión que lo llevó a ser impulsor no sólo como piloto, sino también como dirigente.
"Es el tercer autódromo que inauguro", confesó. Y detalló que "primero hicimos uno en el barrio Sapere, en la década del 40 y el otro en el predio del Motocross Club Neuquén a comienzos de los 80. Eran trazados chicos, de mil y pico de metros". Y por supuesto de tierra.
Con una sonrisa comenta que "las máquinas nos la daba la municipalidad, pero nosotros teníamos que pagar las horas hombre. Sueldo y medio los sábado y doble, domingos y feriados", recuerda.
Sobre lo que se viene y el beneficio que va a representar tener una pista como la de Centenario, Saladino dijo que "los autódromos hay que hacerlos grandes con las categorías zonales, que siempre han llevado mucha gente y que están acá todo el año. Los espectáculos que vienen de afuera está bien que tengan su lugar, pero cuidado porque salen mucha plata y no siempre dejan ganancias. De cualquier manera, después se hace mucho más fácil".
Rescató que "la gente que está trabajando hace las cosas lo mejor posible" y sostuvo que "Centenario nos acompaña mucho. Siempre hay entre dos y tres mil personas en el perímetro, es el pueblo que más corredores tiene. Se merecen una obra así".
"Nino" opinó que el circuito "está para el TC grande", la categoría que es el imán más importante en el mundo de los "fierros" de nivel nacional.
La nueva pista centenariense borró para siempre una imagen que era habitual en la arcilla compactada: "Nino" con el cepillo en la mano barriendo el cajón donde iba a largar Pablo, para que las cubiertas no patinen. Un maestro.