Un Boca sin ideas, repetido, terminó el primer tiempo dos goles abajo ante Argentinos, alcanzó luego el empate, con una ráfaga en el comienzo del complemento, al minuto de juego y a los seis, pero volvió a carecer de ideas y el 2-2 resultó definitivo.
El ingreso de Guillermo Marino, en el comienzo de la segunda parte, le dio al equipo de Alfio Basile la claridad en el armado que antes le había faltado, y fueron precisamente dos aciertos del volante los que sellaron la igualdad.
Argentinos fue más prolijo en el trato de la pelota, en especial durante la etapa inicial, pero se desordenó cuando Boca lo presionó y debió resignarse al empate después de haber estado 2-0 arriba.
Boca circular bien la pelota hasta el área rival, pero para rematar las jugadas no encontró otro recurso que el centro alto. Cuando Prosperi y Mercier se acomodaron mejor en el campo cambió el desarrollo del juego porque Boca comenzó a chocar una y otra vez, mientras que Gabriel Hauche e Ismael Sosa encontraron mucho espacio en campo rival.
A los 30 minutos, depués de un rechazo exigido de Hugo Ibarra, Domínguez tomó la pelota por izquierda, metió un centro pasado y Hauche, entre Paletta y Morel Rodríguez, cabeceó con absoluta comodidad para convertir.
Cuando se jugaba tiempo agregado, Mauro Bogado avanzó con comodidad por derecha, sacó un centro largo y Nicolás Gianni, de cabeza, anticipando a Ibarra, estableció el 2-0.
Sólo al principio
Boca tuvo cinco oportunidades claras de gol. Antes del minuto, Sebastián Torrico cedió un córner ante un remate de Insúa y en el tiro de esquina Marino cabeceó el centro de Mouche y descontó.
Después hubo un cabezazo de Martín Palermo recto a las manos de Torrico, y a los 6 minutos, Marino, desde fuera del área, sacó un remate bajo que se metió junto al palo derecho.
La última aproximación concreta de Boca al gol se vio en el minuto nueve, con un remate de Mouche, desde fuera del área, que hizo dar el balón en el travesaño. La última aproximación concreta de Boca al gol fue en el minuto 9, con un remate de Mouche, desde fuera del área, que dio en el travesaño.
En ese momento Argentinos estaba perdido en el campo y Boca lo desbordaba por todos lados. Sin embargo allí parecieron agotarde las energías del equipo xeneize. El juego se tornó más lento y en ese ámbito Argentinos pudo controlar el partido.