El barilochense Nicolás Madero llegó a la Vuelta de la Manzana sabiendo que era su gran oportunidad para asestarle un duro golpe a sus rivales en la lucha por el título del Grupo N-4, pero también para lograr esa victoria que lo meta definitivamente en la historia grande del rally argentino.

Madero, uno de los pilotos más veloces que tiene la categoría, edificó un trabajo bárbaro, que al final de la primera etapa, le permitió quedarse con un valioso triunfo que después del abandonó del cordobés Federico Villagra y de paso recuperar el liderazgo en el Argentino.

El dominio de los regionales fue total, porque el huinculense Alejandro Cancio completó el "1-2", que también lo fue para el equipo que lidera Marcos Ligato.

La etapa comenzó con un Villagra en su máximo nivel, ganando el primer tramo. De cerca lo siguió Madero, mientras que los Subaru de Gabriel Pozzo y Claudio Menzi empezaron a penar, siendo superados ampliamente por los Mitsubishi.

No solo Villagra y Madero se metieron adelante, sino también Ligato, Juan M. Marchetto y Luciano Bernardi, mientras que a Cancio le costó tomar confianza.

El golpe de escena llegó cuando se disputaba el segundo especial, el de Ruta 6-Defensa Catini, y Villagra apareció en el final con su auto bastante maltrecho. Se había tragado un caballo. Entre el susto y los golpes, perdió medio minuto.

Madero, quien anduvo fuertísimo, saltó a la punta y no la dejó hasta el final de la etapa.

Mientras, Cancio de a poco empezaba a remar y a ganar posiciones para al completarse el tercer tramo quedar detrás de Madero y Ligato.

¿Y Villagra? Un guerrero. Reparó su auto y fue por la revancha. Achicó la brecha en Allen, después en Cinco Saltos y Neuquén, pero un problema eléctrico lo dejó a un costado en la Isla Jordán.

El camino quedó libre para Madero, quien se fue derecho a la victoria, escoltado por Cancio, en una "Manzana", con sabor regional.