Gimnasia La Plata venció anoche como visitante a Boca por 2-1, un resultado que lo pone a un paso de evitar el descenso directo al cabo de un encuentro en que casi todo lo que se vio tuvo lugar en la etapa inicial, porque después no ocurrió prácticamente nada. Fabián Rinaudo, incansable y criterioso siempre en la mitad de campo, Gastón Sessa, fundamental en la etapa inicial, y Esteban González, otro componente clave del mediocampo fueron elementos destacados dentro de un conjunto parejo.
Boca hizo lo suyo en los primeros 45 minutos, en especial a través de Rodrigo Palacio y de Nicolás Gaitán, pero rápidamente pareció agotar el combustible y cerró su campaña como local con una nueva derrota en un estadio que en la actualidad parece no asustarle a nadie.
A los tres minutos Gimnasia abrió el marcador al conectar el uruguayo Diego Alonso un perfecto cabezazo luego de un centro de Marcelo Cardozo. El empate tardó en llegar porque cumplió una muy buena tarea Sessa. A los 40, Palermo se dejó caer al tener un contacto con el paraguayo Rubén Maldonado que el árbitro Juan Pablo Pompei sancionó penal y el propio goleador con remate fuerte y al medio estableció la igualdad.
En el segundo capítulo el nivel de juego cayó abruptamente, ya no fue vibrante, y desde mucho antes del final se avizoraba que no iba a haber variantes en el marcador. A los nueve minutos, Gimnasia aprovechó la única oportunidad que tuvo en todo el complemento cuando el chileno Alvaro Ormeño ejecutó un tiro libre desde la izquierda y Ariel Agüero llegó para cabecear frente al arco con absoluta comodidad, ante el estatismo de todo Boca comenzando por Abbondanzieri.