Hugo Garay (79,300) causó una sorpresa negativa en la noche de Sunchales al perder de un modo inobjetable ante Gabriel Campillo (79), quien le robó el título mundial mediopesado AMB.
El fallo fue no unánime simplemente porque uno de los jurados, el nicaragüense Enrique Portocarrero, se tentó por el conocido vicio localista y votó un empate en 114, que era un premio excesivo para el tigrense desde todos los ángulos posibles.
El español ganó arriba del cuadrilátero por la labor que desarrolló fundamentalmente en la segunda mitad de la pelea y eso se lo reconocieron, aunque con mezquindad, el panameño Guillermo Pérez Pineda (115-114) y el mexicano Alfredo Polanco (114-113).
Al principio Campillo, quien había sido adelantado al decimoquinto lugar del ranking para que accediera a esta chance, pareció una presa accesible, porque se limitó a recurrir a una buena defensa para aguantar el ataque de Pigu.
A partir del cuarto, tras desgastar al entonces campeón y al tomar nota de su pegada, el zurdo comenzó a caminar el ring y a utilizar el jab derecho para frenar a Garay.
El visitante, favorecido por su altura y mayor alcance de brazos, castigó sin parar al argentino, quien resignó su cetro en la segunda defensa. Ahora quedó con un récord de 32 triunfos (17 por nocaut) y 4 caídas, aunque, mientras que el flamante campeón tiene 18 y 2, con 6.