Roger Federer volvió al primer plano de la mejor forma. Ayer conquistó su primer título de la temporada y fue nada menos que ante el uno del mundo, Rafael Nadal, su archienemigo. El doble 6-4 que anotó el suizo en la final de Madrid, se agiganta porque fue conseguido sobre la superficie que más favorece al español y en su propia casa.

Federer, de 27 años y segundo del ranking, cortó así una racha de 33 victorias consecutivas de Nadal sobre arcilla.

El gran Roger no derrotaba a Nadal en una final desde julio de 2007 en Wimbledon. Tras aquel partido había enhebrado cinco caídas consecutivas en encuentros decisivos.

Un ace, el sexto de Federer en los 81 minutos que duró el partido, puso fin al encuentro, que le permitió al suizo convertirse en el primer bicampeón en los ocho años de historia del torneo y conquistar su título número 58.

"Es un placer ganar. Pero estuve a punto de ganarle en el Open de Australia y en Wimbledon, así que no me digo ´Por fin, lo conseguí´. Siempre he estado muy cerca de ´Rafa´. Incluso después de mis derrotas siempre he seguido creyendo y eso al final resulta", explicó Federer.

"Pero es cierto que esa victoria llega en buen momento tras las derrotas que he sufrido esta temporada", añadió. Ahora está impaciente por ir a Roland Garros.

A su turno, Nadal analizó que "ha sido superior a mí, creo que la pista le favorecía a él y se merece la victoria mucho más que yo. A mí me ha faltado algo de agresividad, pero él ha sacado muy bien". El balance de enfrentamientos personales entre ambos favorece a Nadal por 13 victorias contra siete derrotas.

El éxito del suizo fue claro y merecido: Federer mostró a lo largo de la semana un tenis sólido y efectivo, y ayer dominó el encuentro. Por eso, Nadal evitó poner excusas cuando se le preguntó si había pagado por las cuatro horas de juego ante Djokovic: "Lo que he pagado es principalmente que él fue mejor que yo. No favorece haber jugado cuatro horas, pero con su juego de hoy (por ayer) no sé si hubiera podido pararle igual".

Así, el suizo revitaliza sus esperanzas de conquistar el título de Roland Garros, el único Grand Slam que se le resiste.