Después de lo visto ayer es casi un hecho que Carlos Tevez no continuará en el Manchester United. Antes del descanso largo del partido con el adinerado Manchester City el Apache recibió el balón de Cristiano Ronaldo y la mandó a la red. Corrió varios metros, se puso cara a cara con el técnico Alex Ferguson y colocó las manos detrás de las orejas, un gesto que patentó JR Riquelme en La Bombonera y que tuvo como destinatario a Mauricio Macri, con quien se enfrentó en repetidas oportunidades por su contrato y el pase al Barcelona.
Tevez no desmentirá su intención de enviarle un mensaje a Ferguson, como lo hizo el "Torero" después de aquel superclásico de abril ´01 (N. de la R.: dijo que lo hizo porque a su hija le gustaba el Topo Gigio). Es más, el Apache habló con los medios antes del partido que los "Reds" le ganaron 2-0 al City (el otro tanto lo marcó Ronaldo) y con el que quedaron a un paso de un nuevo título (debe sumar cuatro puntos en los próximos tres partidos).
"He hecho todo lo posible por seguir siendo un jugador del Manchester pero nadie me hizo una oferta ni nada. No me siento querido. Los hinchas me trataron como si fuese de la familia pero en el club no. Las cosas han cambiado drásticamente. Ferguson nunca me dio una explicación pero yo tampoco le pregunté porque no es mi estilo", dijo el Apache según el diario británico News of The World, afligido por la situación.
Su intención es quedarse y Ferguson dice y repite que le encantaría contar con sus servicios en la próxima temporada, pero a la vez no lo pone en los partidos de Champions League y es poco probable que sea titular el 27 de mayo en Roma, cuando el Manchester juegue la final ante el Barcelona de Lio Messi.
Hace un año Tevez era indiscutido, el único delantero de los Reds que jugó todo el partido en la final de Champions y el encargado de marcar el primer penal en la final continental ganada al Chelsea. Pero la realidad es que ahora Ferguson no estaría dispuesto a pagar los 25 millones de euros que exige el contrato firmado con la empresa MSI, y tampoco a mantener el suelo del Apache en los 110.000 euros mensuales. Así, Carlitos quedó muy cerca de emigrar.