Estudiantes hizo anoche un prolijo trabajo en el primer tiempo, pero se quedó sin fuerzas en el complemento, a pesar de presentar en su formación inicial a siete jugadores que habitualmente no son titulares, y Huracán lo aprovechó para empatarle uno a uno.
El defensor Christian Cellay abrió el marcador para los platenses, que suman once partidos sin perder, precisamente desde que comenzó el ciclo de Alejandro Sabella como entrenador.
Por su parte, Huracán mejoró en el segundo tiempo, después de una floja labor en la parte inicial, y llegó a la igualdad por intermedio de Mario Bollati. Con este resultado, Huracán se mantiene a cuatro puntos en la tabla de posiciones del líder Vélez.
Uno para cada uno
El primer tiempo fue intenso y el fútbol lo puso Estudiantes, con un buen trabajo en la zona central debido al despliegue y distribución de Juan Sebastián Verón. Los platenses fueron ambiciosos y Huracán tuvo problemas en su última línea.
A los 11 minutos, el uruguayo Juan Manuel Salgueiro fue protagonista de la primera situación de riesgo con un remate que salió apenas afuera. Estudiantes era mucho más que un tímido Huracán, que sólo le tiraba pelotazos a Matías De Federico y Federico Nieto.
Se jugaba el minuto 25 cuando Verón envió al área un tiro libre y Cellay conectó de cabeza para abrir el marcador. El local mantuvo su postura de atacar y no lo dejaba progresar al equipo de Ángel Cappa. La única chance que tuvo Huracán fue un disparo de Patricio Toranzo cerca del poste izquierdo de arquero Mariano Andújar.
En el segundo tiempo Huracán mejoró porque tanto Bolatti como Toranzo y Javier Pastore comenzaron a controlar la pelota y le dieron dinámica al juego ofensivo del visitante.
De a poco, y en base a sus individualidades, Huracán arrinconó a Estudiantes y alcanzó el empate a los 25, con un cabezazo de Bolatti. Sin agotar ahí su discurso futbolístico pese a la conveniencia del punto ante un rival jerarquizado y en su casa, Huracán siguió yendo de la mano de un Javier Pastore inspirado, que no se cansaba de gambetear hacia delante y tirar caños en el área rival.
Los minutos finales fueron de ida y vuelta, pero a los dos le faltó claridad y se terminaron conformando con el punto. Hubo justicia en el resultado porque hubo un tiempo para cada uno.