El día llegó, y en una semana triste por demás para el tenis argentino. Gastón Gaudio, el ciclotímico, el que dicen que genéticamente representa al ser argentino, el que es mitad genialidad y mitad sufrimiento, ese que se graduó en la escuela del dolor, ayer volvió a ganar un torneo después de cuatro años de idas y venidas, de tropezones y caídas sin fin.
El "Gato" se quedó con el challenger de Tunez y a esta altura no importa que haya vencido a un desconocido portugués llamado Frederico Gil, que está ubicado en el puesto 71 del ranking y al que doblegó por 6-2, 1-6 y 6-3.
Gaudio es Gaudio, más allá de que hoy sea el 762 del mundo. Es ese que alguna vez jugó y ganó una de las finales de Roland Garros más emocionantes que se recuerden (al menos por aquí) ante un Guillermo Coria que por esas cosas de la vida decidió decirle adiós al deporte blanco hace un puñado de días.
Siempre, o al menos desde que pasó lo que pasó hace casi cinco años en París, las vidas deportivas del "Gato" y el "Mago" estuvieron ligadas. El de Venado Tuerto, compungido, devastado, oficializó su retiro y abrió una cicatriz enorme en el tenis nacional, una cicatriz que duele de manera retrospectiva, porque Coria estaba llamado a ser de los grandes. Gaudio, con esa bipolaridad que lo hace tan especial, con 30 años que aparecen sólo en el DNI, hace muy poquito volvió a ganar un partido de ATP después de 16 meses y ayer se quedó con un título, algo que no conseguía desde Kitzbühel 2005.
Es cierto que se trata de un challenger, pero no hay que olvidar que a la arcilla africana se metió por la ventana, con un wild card en la mano. Ese parece ser su nuevo documento internacional de identidad. De la misma forma entrará a Estoril, donde lo espera el italiano Fabio Fognini.
Esta vez, en una final después de casi cuatro años, se sacó de encima al portugués Frederico Gil (71° en el mundo). Ya lo había hecho, casi en la soledad del court del Tennis Club de Tunis, un complejo de 11 canchas y una pista central con capacidad para 2.500 almas, con los alemanes Daniel Brands y Bjorn Phau, con el francés Alex Sidorenko y con el finés Jarkko Nieminen.
La final fue cambiante, ya que el argentino dominó claramente el primer set, logrando quebrarle por dos veces el servicio al portugués, pero en el segundo, Gil fue muy superior y lo ganó con suma facilidad por un contundente 6-1. En el tercero y decisivo, Gaudio volvió a su nivel y se lo llevó con un claro 6-3.
Ahí mismo, en un ambiente afrancesado, el "Gato" consiguió un triunfo que le permitirá saltar hasta el puesto 406. Y aunque esté lejos de ser el Gaudio que impactó entre 2004 y 2005, ese que maravilló con su exquisito revés, el que llegó a ser 5 del mundo, el mismo que ganó un Gran Slam, siempre habitará el olimpo de los distintos.