Pareció hasta poco sincero Rafael Nadal cuando, después de vencer en dos sets a su compatriota David Ferrer, aseguró que nunca imaginó ganar cinco veces seguidas el torneo de Barcelona. Sucede que la hegemonía del malloquín en polvo de ladrillo provoca esa sensación.
Lea las estadísticas para entender que en esta superficie no tiene adversarios: es pentacampeón en el Condo de Godó, venía de serlo en Montecarlo y ahora va por el "tetra" en Roma, la semana próxima. Todo para llegar afilado a Roland Garros, donde es rey absoluto y buscará su quinta corona.
Es más, "Rafa" sólo perdió tres de los últimos 133 partidos que disputó en arcilla y ganó deslizándose sobre ella nada menos que 24 campeonatos (35 en total, cuarto del año). Para el caso, en Barcelona el magnífico zurdo sólo perdió un juego en su historial; fue en 2003, en segunda ronda y cuando tenía apenas 16 años. En esta última edición no cedió ningún set y apenas se le escaparon 18 games.
Frente a estos números, y después del claro 6-2 y 7-5 ante un Ferrer que nunca baja los brazos y hace de la perseverancia una virtud innegociable, queda claro que a Nadal no hay con qué darle en polvo de ladrillo. Y escucharlo decir "es un sueño para mí, nunca me hubiera imaginado ganar cinco veces aquí", en Barcelona, suena a discurso dicho para dejar sonriente a un público que enloquece con cada uno de sus golpes.
No es que "Rafa" sea un demagogo, más bien es un tenista respetuoso al que jamás lo traicionará el ego y que siempre aclarará cosas como estas, como para dejar en claro que está dispuesto a marcar una época: "No me aburro de ganar. Ojalá fueran cinco más", sonríe.
"Lograr lo que nadie antes logró me hace una ilusión especial", aseguró el número uno del mundo, que ya batió el año pasado el récord de títulos ganados en Barcelona.
A los 22 años, sólo una renuncia parece poder evitar que siga ampliando la marca. "Felicito a Rafa y, si no estoy el próximo año en la final, le felicito otra vez porque seguro que gana", bromeó el mismo Ferrer, quien se estrelló los tres últimos años frente al mismo muro, en 2007 en semis y en 2008 en la final. "Se tendrá que lesionar para poder ganar", dijo resignado el número 13 del mundo.
Del 25 de mayo al 7 de junio, el español buscará su quinto título consecutivo en Roland Garros, donde nunca ha perdido.
Si lo logra, se pondría a sólo uno del sueco Bjorn Borg, que ganó seis. "Hay que intentar seguir con la buena línea en Roma, un torneo muy complicado", dijo Nadal minutos después de levantar el trofeo en Barcelona. "Si juego a mi mejor nivel, tengo buenas opciones de concretar un buen resultado".