VILLA CARLOS PAZ (Enviado especial) - Cuando decidió encarar otra vez el desafío de participar en el Rally de la República Argentina su objetivo era lograr la triple corona. No le gustaba no tener rivales en el Grupo N-3, pero lo animaba que había más de 15 anotados en la tracción simple. Igual, para Manuel Machinea su lucha era contra la exigencia de los caminos, llevando nuevamente a su 206 a la victoria en la legendaria prueba mundialista.
El de Cipolletti hizo un trabajo impecable y disfrutó de un auto que es indestructible, que se parece a un tanque de guerra, porque no se explica de otra forma cómo se bancó semejante paliza en los duros caminos de las serranías.
El súper especial del estadio Córdoba, el jueves, sirvió para dejar en claro que Machinea era el candidato en la tracción simple. Ni los del N-2 ni los A-6 podían plantearle batalla.
Machinea, como siempre navegado por Enrique Marongiú, y con un 206 tremendo que le entregó la familia Millán, impuso un ritmo que le permitió en la mayoría de los tramos de la 29 edición. .
Y su conquista adquiere más dimensión porque no eludió la exigencia ni especuló con el reenganche. Apostó a cumplir las 23 PE y lo logró, siendo el único de la "armada regional" que lo hizo.
Encima, se bañó, no sólo por la transpiración por la exigencia de los caminos, sino del cariño de los aficionados, enloquecidos con el ruido de su Peugeot, siendo otra vez uno de los más aplaudidos.